Guerra montada contra los vehículos

Pareciera que los distintos gobiernos (Madrid, Xunta, alcaldías) se han puesto de acuerdo para hacernos la vida imposible a los que tenemos coche y en él nos desplazamos a diario por esta ciudad que nos tocó en suerte. Y quiero pensar que no desean que nos bajemos ni para tomar un café, comprar unos zapatos o un simple periódico, porque hay tan poco espacio en las calles para poder aparcar, que la doble fila ya se hizo casi una manera de dejar el vehículo por 'unos minutos'.
El que tenga tiempo puede constatar que Ourense (como otras ciudades gallegas) está plagado de vados, zonas para minusválidos, parada de bus (lo que es normal y razonable), pero a ello se le suman metros y metros de 'rayas amarillas' que no se justifican, y lo que es peor: zonas de carga y descarga infinitas, como si diez camiones estuvieran haciendo este trabajo al mismo tiempo, los mismos días y a las mismas horas. Al ya depauperado bolsillo del ciudadano común lo quieren esquilmar con onerosas multas por grúa, estacionamiento y lo que se lleva la Alcaldía por este concepto, que no es poco.

Vamos muy mal por este camino. Imagínense la situación: Hay muchas ofertas de vehículos, pero no se venden; las autoescuelas tienen cada vez menos inscritos, los bares y otros establecimientos comerciales han visto reducida su clientela y los gobiernos parece que no se enteran, porque suben los peajes en autopistas, aumentan los impuestos, se dispara el precio de los combustibles y repuestos, seguros, talleres mecánicos, y desde hace algún tiempo endurecieron las pruebas para el examen de conducir.

¡Uf! Estamos en Europa. ¡Qué maravilla! Yo ya estoy pensando en cambiar el coche por una bicicleta, pero con este clima nuestro de agua y tiritera, tal vez sea lo menos recomendable. La otra alternativa es volver a la aldea, comprar unas vacas y coger el carro...

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