NO TE PREOCUPES, ERA sólo UN SIMULACRO

Llegados a este punto, todo el mundo presiente lo que va a pasar. Somos como la orquesta del 'Titanic', pero a modo de país. Pero sabemos que en el fondo, muy muy fondo, hay una esperanza de levantar el vuelo. A lo mejor esto no es el fin, sólo el comienzo de un cambio. El destino tuvo que ver, por supuesto, porque, con la vida de ricos que llevábamos, íbamos de cabeza a una catástrofe.
Sé que esta noche hay alguien que no tiene donde dormir, que se siente solo en el mundo, inútil al ver que todo su trabajo no ha servido para nada, y la rabia les consume y les aprieta, pero les aseguro que, aunque solo tenga 14 años y quizá no sepa de lo que hablo, pueden contar conmigo. Estoy casi segura de que vamos a poder levantar cabeza, aunque confieso que cada vez tengo más dudas. Pero sé a ciencia cierta, y pongo la mano en el fuego ahora mismo, que a lo mejor es cierto lo que dicen, que la crisis tiene su parte psicológica.

Me explico. Nuestra perversa mente está obsesionada con hacernos víctimas de todo, y tenemos miedo, y miramos al futuro por no pensar en el desastroso presente, que nos juega una mala pasada. ¿Habéis visto alguna vez una película de máquinas del tiempo? A los que a esta pregunta hayan contestado sí, me dirijo: hay algo en esas películas que los guionistas quieren recalcar: los viajes en el tiempo no son cien por cien fiables, pues el presente siempre puede cambiar. Y es así. No te preocupes por el futuro, ni siquiera sabes si vas a estar incluido en él.

¿Podemos? Claro que sí. Todos podemos cambiar el presente, y hasta, en cierto modo, el pasado. Podemos salir de ésta. Podemos hacer lo que queramos. Podemos vivir ignorando al presentador del telediario. Podemos conseguir que nuestro optimismo crezca más que la deuda.

No es tan difícil, ¿verdad? A sí que a quien quiera eliminar su crisis psicológica, que se inscriba a esta carrera hacia la prosperidad. Es gratis.

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