La posición y oposición

Quien se posiciona ante cualquier cuestión comete el error de la opinión o la opción que tiene siempre una oposición y contraposición. La vida que es una continua toma de decisiones donde hay que posicionarse es crearse amigos y enemigos. Aquello de “allá cada uno con sus vidas!”, “cada uno que haga lo que quiera!”, como que no funciona en una sociedad donde se nos encasilla por cualquier cosa. Que eres de derechas, ¡facha!, que eres de izquierdas, ¡rojo! Que te gusta la música romántica o clásica, ¡rarito! Que eres de Madrid, ¡español!, que eres del Barcelona, ¡independentista! 

Ciertamente quedan dos opciones: tomárselo con filosofía y que el chubasquero haga que resbale el chaparrón, o pasar por ignorante e indeciso y no posicionarse para evitar entrar en la rueda de dime qué piensas que yo te diré porqué te equivocas y estar en tu contra. Seguramente forma parte del concepto de la vida en sociedad y al compartir inquietudes y vivencias vienen los rompecabezas y debates que ya se sabe a veces se toman muy a pecho. Todos absolutamente formamos parte del espectáculo de posicionarnos y oponernos que no deja de ser un juego maduro para ubicarnos socialmente dentro de algún lugar, partido, equipo, cuestión o conflicto con el que nos sentimos identificados. 

Defendemos causas justas, perdidas, discutibles o indiscutibles, el caso es la variedad de manifestaciones en un mundo en el que ya se piensa y se habla en clave global. Me posiciono a favor de la variedad de una expresión libre pero sensata en los contextos del respeto mutuo. Me opongo a tener que aceptar lo inaceptable por imposición injusta. 

La oposición razonada, motivada elocuentemente y regenerativa, es en muchas ocasiones una opción que hace avanzar a la humanidad ante posiciones impresentables. Conclusión vivimos un año en el que las noticias de prensa se prestan al juego de posicionarse y oponerse en este caso conjuntamente. Nos posicionamos contra el viento que sopla de cara y nos oponemos a poner la otra mejilla cansados de recibir guantazos que supuestamente vienen del poder “amigo”. 

Es momento del ser o no ser, del todo o nada, del ahora o nunca y salvar un mundo globalizado que en debates sin consenso, ni rematan guerras, ni aplacan las penas de la clase media baja, ni dejan un resquicio de salida honrosa a una crisis económica, humanitaria y política que nos ponen la vida en un tiempo de supervivencia.

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