La vida en sí depara muchas sorpresas, por veces muy gratas y por el contrario ingratas, pero cuando una persona querida, de la noche a la mañana nos deja sin aviso, lo lamentamos muy profundamente.
Es muy lamentable que en el transcurso de veinticuatro horas, cuando solías reír con sus chistes, nos dejara para siempre, víctima de un infarto. Me refiero a mi gran amigo Ernesto Ferro Borrajo, que falleció a los 87 años de edad.
Ebanista de profesión, actor de la Televisión de Galicia, donde actuó en varios programas con gran éxito, destacando en 'Pequeno Hotel', era una persona con un carácter polifacético, a pesar de su pequeña estatura, que lamentaba no haber jugado al baloncesto. Siempre asomaba su buen humor, contaba anécdotas dispares, era muy inteligente y sabía con elegancia defenderse con las mujeres, especialmente con las vecinas.
Desde que se jubiló, su hobby era la pintura y su pequeña carpintería. Tenía su estudio y pasaba allí horas y horas, aunque su placer era atender con mucho cariño a su esposa Ángela, que hace dos meses que había fallecido. Desde entonces, Ernesto era otra persona, estaba triste y se sentía solo, pero con buen humor, las iba llevando.
Los vecinos de la calle Cabeza de Manzaneda lamentamos tu pérdida, y a buen seguro que te recordaremos durante muchos años, así como la Televisión de Galicia, donde sus actores recuerdan los buenos momentos vividos durante muchos años.
Que descanses en paz en compañía de tu querida esposa. Nunca te olvidaremos tus amigos del barrio de San Francisco de Ourense.
Ebanista de profesión, actor de la Televisión de Galicia, donde actuó en varios programas con gran éxito, destacando en 'Pequeno Hotel', era una persona con un carácter polifacético, a pesar de su pequeña estatura, que lamentaba no haber jugado al baloncesto. Siempre asomaba su buen humor, contaba anécdotas dispares, era muy inteligente y sabía con elegancia defenderse con las mujeres, especialmente con las vecinas.
Desde que se jubiló, su hobby era la pintura y su pequeña carpintería. Tenía su estudio y pasaba allí horas y horas, aunque su placer era atender con mucho cariño a su esposa Ángela, que hace dos meses que había fallecido. Desde entonces, Ernesto era otra persona, estaba triste y se sentía solo, pero con buen humor, las iba llevando.
Los vecinos de la calle Cabeza de Manzaneda lamentamos tu pérdida, y a buen seguro que te recordaremos durante muchos años, así como la Televisión de Galicia, donde sus actores recuerdan los buenos momentos vividos durante muchos años.
Que descanses en paz en compañía de tu querida esposa. Nunca te olvidaremos tus amigos del barrio de San Francisco de Ourense.
