Salomón Hassan, un ourensano de Ceuta

n n nEl cementerio de Santa Mariña acogió el jueves los restos mortales de Salomón Hassan Benasayag. Reposarán así para siempre en esta tierra que él consideraba suya, a pesar de no haber nacido en ella, pues aquí echó raíces y se convirtió en un miembro más de la sociedad ourensana donde gozaba de gran estima.
Ceutí de nacimiento, Salomón Hassan, llegó a Ourense empujado por razones profesionales y se quedó por las sentimentales. Ingeniero de Caminos, vino como director provincial de Obras Públicas, hace ya muchos años. A lo largo de su dilatada trayectoria profesional ha puesto su firma en algunas de las infraestructuras importantes de la provincia; asentado aquí, conoció a Pilar Quirós, se enamoraron y unieron sus vidas para siempre. Curiosamente, pese a ostentar cargos de relevancia, su mujer le superaba en popularidad -por más que el todo Ourense la conocía como Pili Hassan, el apellido de su marido-, ya que durante muchos años ella fue presidenta provincial de Manos Unidas y principal impulsora de esta organización asistencial, una organización en la que trabajó con intensidad hasta el final de sus días, cuando ya se hallaba enferma. En todo ese tiempo contó con la colaboración de Salomón; con su convivencia, ambos practicaron un extraordinario ejercicio de tolerancia, pues ella era ferviente católica y él judío convencido, demostrando a su vez que para el entendimiento sólo hace falta voluntad y respeto al prójimo.

Afable y cordial en el trato, pero no dicharachero, fue gran coleccionista de piezas chinas singulares, en las que era gran entendido y poseía una extraordinaria muestra. También era reconocida su pasión por la filatelia, llegando a tener una colección muy valorada por los entendidos en la materia. Por todas esas razones y el afecto que se había granjeado, han sido muchísimos los ourensanos que pasaron por la capilla ardiente para darle su último adiós.

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