sentimiento navideño durante todo el año

Hay dos tipos de Homo sapiens: la gente y las personas, y nos colocamos en un bando u otro nosotros mismos, pero no somos libres, estamos presos de nuestros sentimientos, y ellos sin duda son los jefes. Si fallamos a nosotros mismos no nos queda nada, ¿nos vamos a conformar con los bienes materiales? ¿Ellos nos darán la felicidad? No, y si a alguien se la proporcionan será porque los bienes psicológicos ya están agotados, vacíos.
Son unas Navidades diferentes para la mayoría, por no decir para todos. Lo más cruel es que haya personas que pasen estas fechas sin techo, pero lo realmente duro es que no sólo va a ser esta época, sino que no saben hasta cuándo. Los que tenemos el privilegio de tener un plato en la mesa cada día, una cama dónde acostarse… no valoramos lo que tenemos, lo vemos como algo demasiado fácil y común. Creo que nos haría falta algo más de empatía y un poco menos de egoísmo. Y en nuestras manos esta cambiarlo.

Es una etapa difícil, y no sabemos su fecha de caducidad. Sólo podemos salir aparcando nuestras diferencias, para mí no volverá a haber razas, ideologías políticas o religiosas, idiomas, ni discapacidades; quedémonos con lo que nos une, no con lo que nos diferencia. No queremos que a nuestros seres queridos les falte de nada, pero en cualquier momento podemos vernos en una situación de desesperación, sin recursos, y ¿verdad que nos gustaría que nos ayudaran? La situación económica no es la ideal para ayudar, pues la mentalidad es de ahorro, de prevención, pero si no queremos dar dinero, por suerte tenemos comida, un paquete de arroz es un bulto más en nuestro estante, para una familia puede ser el mejor regalo.

¿Sabéis lo que no nos cuesta absolutamente nada? Una sonrisa, un saludo, una palmadita de ánimo, que no sólo beneficia a la persona que lo recibe, sino que también nos da un pedacito de alegría a nosotros, un sentimiento de lo estoy haciendo bien. No hay excusa que valga.

Nuevo año, nueva actitud. Sólo podremos avanzar si el sentimiento navideño nos acompaña 12 meses, no unas semanas, y si somos capaces de hacerlo esta época del año estoy segura de que sabremos sacar fuerzas como para hacerlo día a día, y a la larga nos hará más felices, y nuestro regalo de Navidad será el mejor: paz interior.

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