TODO LO SUCIO ES CORRUPCIÓN

Puedo decir sin mentir nada -a diferencia de los políticos- que jamás en mi vida me pude imaginar que pudiera haber tanta mentira, hipocresía y corrupción entre quienes hasta ahora nos 'gobernaron', nos 'gobiernan' y nos gobernarán -que si sucede también tendrá que entrecomillar el futuro, como hice con el pretérito y con el pasado-.
¿Nos lo merecemos? Porque si es que nosotros no somos corruptos (?) -el justo cae siete veces, el político no sé cuantas- quizá sea, Dios no lo quiera, porque no tuvimos ocasión -que corrupción no es sólo el dinero: no hace falta sino repasar los diez mandamientos de la Ley de Dios.

Hasta caen 'los' políticos en pedir la dimisión de un Gobierno -el actual-, que lucha un poco por hacerlo bien, sin tener la Oposición -concedámosle la mayúscula, por educación- norte económico; no siendo el recurrir a una dictadura pura y dura -la que tanto y cuanto manifiestan aborrecer-, caiga en el supuesto, quien caiga -lo de caer se refería a los gobernados, se entiende-. Existe una pequeña parte de la oposición que, quizá, pensando en ello, se le hace la boca agua, como ejemplo países hailos.

Pero bueno, diciendo que lo mejor que nos queda es rezar, o sea ir allí adonde está Dios -en el interior de cada uno en particular y en las iglesias y capillas en general- puede ya hablar de lo que era mi intención. ¿Se ha fijado un mínimo usted en las tres banderas, cuyas están en todos y cada uno de los lugares donde deben estar, las tres? Pues también eso es corrupción: lo sucias, roñosas que se ven. Y, a pesar de ello, Dios nos conserve la vista. Quizá si hubiese unas votaciones las lavaran... Porque es cuando suelen.

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