Existe una carencia de alimentos a disposición de la gente con dificultades económicas, y prueba de ello es la no distribución de leche en algunos comedores sociales; o que se ponga a disposición de esa misma gente fruta podrida, verde o contaminada. ¿Se vigila si cumplen los estándares de higiene? ¿Se cumplen los mínimos de calidad exigibles? Y el control sanitario, ¿se realiza? Está claro que la acción de la Administración algunas veces va por barrios. No está lejano el caso de ciertas partidas de marisco contaminado de Ferrol que se llegaron a distribuir en algunos comedores sociales.
Es muy grave a nivel de salud pública, ya que si un producto es inadecuado o no cumple el estándar de calidad, cualquier intento de reutilizarlo requiere la intervención inmediata de Sanidad y Consumo, evitando su ofrecimiento a terceros. Con esa duda seguimos. Mientras, en otros ámbitos existe un alto nivel de despilfarro de alimentos y un enorme excedente en manos privadas. El Defensor del Pueblo andaluz justificaba días atrás el asalto a los supermercados por el sindicado de Gordillo, que encontró así, inesperadament,e un apoyo a sus acciones; unas acciones que no estando fuera de la acción sindical, tampoco serían reprobables.
