Los comerciantes se lamentan de que el espíritu del Año Jubilar sólo se viera en la calle

El aniversario de San Rosendo se despide con un rotundo éxito en el seno de la Iglesia

Más de 200.000 peregrinos se han acercado hasta la villa de San Rosendo desde que el pasado 26 de noviembre de 2006 quedó inaugurado el Año Jubilar. Actos culturales y religiosos han protagonizado un año de intensa actividad. Sin embargo, no todas son buenas palabras tras 12 meses de celebraciones. Ante un año ’más productivo’ de los hosteleros, los comerciantes de la villa de San Rosendo coinciden al afirmar que las repercusiones en sus establecimientos han sido nulas.
Los 365 días del Año Jubilar han incrementado la actividad cultural en la villa de San Rosendo. Conciertos, congresos, exposiciones y representaciones teatrales relacionadas con el fundador de la villa, entre otros, han devuelto a Celanova a la actualidad cultural. Pero no sólo eso, documentales, la publicación de guías y folletos, paneles promocionales, así como actos puntuales como fue la retransmisión de la misa del peregrino por La dos de Televisión Española o de la Semana Santa, por la Cope, han fomentado que, más de 200.000 personas se hayan animado a ganar el jubileo.

Vecinos y turistas coinciden en que este año, Celanova ha recuperado cierta vida que se creía perdida. La llegada de peregrinos ha sido, sobre todo de marzo a septiembre, casi a diario. Y los fines de semana, los autobuses se amontonaban por decenas en la Avenida San Rosendo. Un flujo de gente de la que se ha beneficiado la hostelería. Los propietarios coinciden en que las ventas se han visto incrementadas, aunque quizás no tanto como se esperaba. ’Yo pienso que sí. Sobre todo cuando venían en grupos grandes y veías las terrazas llenas’, comenta Amable Rivera, del Bar Agarimo.

Sin embargo, hay quien considera que debería haberse planificado con una mayor antelación. ’Está claro que se ha notado, quizás entre los grupos que venían por libre, pero creo que se nos tenía que haber informado de lo que iba a suponer esta celebración para que todo el pueblo se hubiera beneficiado de la llegada de peregrinos’, confiesa José Manuel Vázquez, del ’Mesón Vieira’.

Excursiones

El sector hostelero es el primero en reconocer que, el hecho de que la gente viniese en excursiones masivas, ha limitado la libertad de movimiento. ’Muchos nos decían que habían dejado de ir a la misa para poder tomar algo, o dar una vuelta por la villa’, comentan. Que muchas excursiones trajesen de casa su propio bocadillo o que se los llevaran a comer a restaurantes de otros concellos, porque los de Celanova no tenían capacidad suficiente, tampoco ha ayudado.

Los comercios de Celanova cerrarán el Año Jubilar como si no hubiera empezado. Tiendas de ropa, regalos, zapaterías, librerías, pastelerías,... todos coinciden al afirmar que el éxito del Año Jubilar se ha quedado en la calle. ’Ha sido muy bonito para la iglesia, pero a nivel de ventas no ha repercutido en los comercios’, se lamenta Milagros González. A medida que uno se aleja de la Plaza Maior, la opinión de los comerciantes es más tajante: ’Nada de nada’. Propietarios de establecimientos de Emilia Pardo Bazán o Celso Emilio Ferreiro confiesan que ’a la gente le ha faltado espíritu de compra’. Entre las conclusiones sobre este Año Jubilar hay quien opta por hacer algo de autocrítica. ’Ha faltado coordinación entre todos’, confiesa Ramiro Fernández de la Librería Abella.


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