El actor estadounidense John Malkovich abrió el XXIII Festival Castell de Peralada (Girona) con el estreno en España de la ópera-teatro 'The Infernal Comedy', basada en la vida del criminal austriaco Jack Unterweger. En la obra, codirigida junto a Michael Sturminger, Malkovich revive la historia de este asesino, que tras matar a una prostituta fue condenado a cadena perpetua en 1974.
En la cárcel empezó a escribir y se convirtió en una celebridad, por lo que en 1990 salió de la cárcel entre la fascinación de la clase alta vienesa. Sin embargo, reincidió, matando a otras seis mujeres, y en 1994 fue de nuevo encarcelado, aunque al cabo de poco tiempo se suicidó. Malkovich aseguró en la jornada en Barcelona que su motivación para interpretar el papel de Unterweger fue 'intentar entender el porqué', aunque rechazó que el personaje fuese más interesante por el simple hecho de ser malvado.
El actor estuvo acompañado en el escenario por dos sopranos, Bernarda Bobro y Aleksandra Zamojska, y por la Orchester Wiener Akademie, que 'forma parte de la decoración' y que interpretó música de Vivaldi, Haydn, Mozart, Beethoven, Gluck, Boccherini y Webber, bajo la dirección musical de Marin Haselbck.
La sobria puesta en escena consta de un escritorio, una silla y unos cuantos libros, y representa uno de los momentos en los que el asesino lee una de sus obras literarias, 'The Infernal Comedy'. La función transcurre entre monólogos y arias de las sopranos, que representan alegría, odio, amor, deseo y admiración, como símbolo de la relación de Unterweger con las mujeres.
El actor explicó la 'fascinación' de la sociedad vienesa por el personaje como una forma de creencia en los valores democráticos: 'Todos necesitamos creer en la redención y en las posibilidades de la rehabilitación. El caso de Unterweger es simbólico porque fue utilizado por la clase política como ejemplo de convicto rehabilitado', y destacó que su historia recuerda 'cuán malas' pueden llegar a ser las personas. 'Creo en la rehabilitación', confesó, 'pero al mismo tiempo no creo que podamos cambiar a la gente, sino que la gente debe cambiarse a sí misma. Lo difícil es saber cuándo han elegido hacerlo'. El actor, que aseguró que en cada función hace una versión 'diferente de la obra' no quiso adelantar detalles.
Malkovich acaba de presentar en el festival checo de Karlovy Vary el documental 'Which way home', sobre niños mexicanos que cruzan la frontera con Estados Unidos, aunque adelantó otro proyecto que tiene 'en mente' y que le vincula con Barcelona: una película inspirada en la arquitectura de Josep Maria Jujol, del que es gran admirador.
El actor estuvo acompañado en el escenario por dos sopranos, Bernarda Bobro y Aleksandra Zamojska, y por la Orchester Wiener Akademie, que 'forma parte de la decoración' y que interpretó música de Vivaldi, Haydn, Mozart, Beethoven, Gluck, Boccherini y Webber, bajo la dirección musical de Marin Haselbck.
La sobria puesta en escena consta de un escritorio, una silla y unos cuantos libros, y representa uno de los momentos en los que el asesino lee una de sus obras literarias, 'The Infernal Comedy'. La función transcurre entre monólogos y arias de las sopranos, que representan alegría, odio, amor, deseo y admiración, como símbolo de la relación de Unterweger con las mujeres.
El actor explicó la 'fascinación' de la sociedad vienesa por el personaje como una forma de creencia en los valores democráticos: 'Todos necesitamos creer en la redención y en las posibilidades de la rehabilitación. El caso de Unterweger es simbólico porque fue utilizado por la clase política como ejemplo de convicto rehabilitado', y destacó que su historia recuerda 'cuán malas' pueden llegar a ser las personas. 'Creo en la rehabilitación', confesó, 'pero al mismo tiempo no creo que podamos cambiar a la gente, sino que la gente debe cambiarse a sí misma. Lo difícil es saber cuándo han elegido hacerlo'. El actor, que aseguró que en cada función hace una versión 'diferente de la obra' no quiso adelantar detalles.
Malkovich acaba de presentar en el festival checo de Karlovy Vary el documental 'Which way home', sobre niños mexicanos que cruzan la frontera con Estados Unidos, aunque adelantó otro proyecto que tiene 'en mente' y que le vincula con Barcelona: una película inspirada en la arquitectura de Josep Maria Jujol, del que es gran admirador.
