El campo de Abelleira ya no es un fortín y el Melias lo está notando. Si la temporada pasada, a estas alturas, el conjunto de Sotelo sólo había sido superado en su feudo por un Cruceiro que parece tenerles tomada la medida a los ourensanos, en la presente ya son varias las derrotas cosechadas en Abelleira, la última el domingo pasado ante un Ourense B que se jugaba en este encuentro su posibilidad de engancharse a la salvación, después de transitar desde principio de temporada por la zona protagonizada por los equipos predestinados al descenso.
La verdad es que la cosa se pone fea, reconoce un Sotelo que asegura no arrepentirme de haber decidido seguir en el banquillo del Melias, aunque reconozco que este año nos cuesta más mantener esa agresividad y esa búsqueda de segundos balones que nos permitía ganar los partidos la campaña pasada. Si mantuviéramos la regularidad en casa sería otra cosa, pero... Y eso que el domingo creo que tuvimos más ocasiones que el Ourense B para ganar, pero se torció en un momento dado y se acabó, añade el técnico del Melias.
Lectura positiva
La única lectura positiva de los partidos disputados hasta ahora en casa es que nadie nos ha pasado por encima, aunque es una lástima que no hayamos podido sacar algo más en esos encuentros, señala Paco Sotelo.
Preguntado por si estos resultados se deben a un mayor conocimiento por parte de los rivales de las características del campo de Abelleira, Sotelo señala que la temporada pasada, a los cuatro o cinco partidos, o incluso antes, ya todos sabían cómo era este campo y estaban sobre aviso; no creo que sea ése el problema este año.
Lectura positiva
La única lectura positiva de los partidos disputados hasta ahora en casa es que nadie nos ha pasado por encima, aunque es una lástima que no hayamos podido sacar algo más en esos encuentros, señala Paco Sotelo.
Preguntado por si estos resultados se deben a un mayor conocimiento por parte de los rivales de las características del campo de Abelleira, Sotelo señala que la temporada pasada, a los cuatro o cinco partidos, o incluso antes, ya todos sabían cómo era este campo y estaban sobre aviso; no creo que sea ése el problema este año.
