Bálsamo ovetense para lamer la heridas pasadas

La derrota abultada y contundente contra el Andorra hacía imprescindible esa victoria de la reafirmación contra un Oviedo corto de preparación por los avatares de los despachos y la incertidumbre de la pretemporada. Así es la LEB Plata, donde un club no sabe en septiembre si competirá o no.
Partido de ritmo rápido y más de 110 tiros, aunque no necesariamente bonito. Sirvió a los jugadores de Rubén Domínguez para cobijarse en el calor del hogar, mirarse el ombligo y disfrutar viendo a los rapaces dar sus primeros pasos en el Pazo. En la pista, poco más que añadir a la rotativa. Fuera de ella, constatar el apoyo incondicional del público hacia el equipo, más el bonito gesto del club de homenajear a Sony Vázquez. El tantas veces capitán se había marchado por la puerta trasera al final de la agitada temporada pasada. No era la forma adecuada tras una larga trayectoria en su club de origen. Así, mucho mejor para todos.

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