TERCERA DIVISIÓN

El Barbadás asalta Espiñedo

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photo_camera Dani Arbo se lleva una pelota ante Rubén Arce y Adrián Padrón durante el derbi de ayer en Espiñedo.

El equipo de Juanjo Vilachá logró derrotar al Arenteiro por 1-2 gracias a un trabajo defensivo casi perfecto y a la falta de acierto del equipo verde 

El fútbol no entiende de clasificaciones, méritos ni lógicas. El Arenteiro partía como favorito sobre el papel ante el Barbadás. Quizá también sobre el verde. Pero el Barbadás se llevó los tres puntos. Sin brillantez, sin elegancia, pero con mucho esfuerzo, sacrificio y una pizca de fortuna. Y con Rui Santos, que fue el mejor de los 22.

Y mucha culpa de ese triunfo la tiene el monumental cambio sufrido por los azulones en los últimos dos partidos. El 'doctor' Vilachá sigue con su particular mutación de un equipo que estaba muerto y ahora ya respira. Pero no quiere euforias. Con su particular forma de ser lo resumió camino de los vestuarios al final de partido. "Tiñamos a auga nos ollos e ahora témola por baizo da nariz co que inda temos moito risco".

Enfrente su colega Manel Vázquez también lo tenía claro "aunque jugaramos tres días no lograbámos marcar". Pues vale.

El Arenteiro fue mejor en la primera parte. Y también lo intentó más. Pudo marcar por medio de Rubén Arce, pero su tiro cruzado lo salvó el mejor jugador del Barbadás, el portero luso Rui Santos. Tuvo la segunda en una falta que terminó en saque de esquina y la tercera en un testarazo de Portela, que, solo, lo mandó contra el cuerpo del portero.

Mientras el 'nuevo' Barbadas, a lo suyo. Concentración defensiva al máximo y sin prisa en ataque. Ya llegará la oportunidad. En los primeros 45 minutos apenas hubo opción. Daba igual, el 0-0 no era mal resultado para ellos.

La segunda parte comenzó de la mejor forma posible para los visitante. Cabanyes se lleva una pelota tras medir mal Martín, se va hacía el centro sin mucha oposición y de tiro raso supera a Pachi. Los de Juanjo Vilachá había logrado lo más difícil. Tener el partido como querían. El técnico azulón tocó retirada. Caique, el más talentoso, a descansar. Cabanyes, el más ofensivo, también. Tocaba defender y ellos no eran la mejor opción. A mayores, Sevivas se fue en el área pero se topo de nuevo con Rui. Era su tarde.

Atrincherados en su campo los azulones empezaban a creer. Y más cuando Juanito que había entrado para ayudar en la parcela defensiva se adentró en campo visitante y con un zapatazo sorprendió a Pachi y a la grada de Espiñedo, que se quedó congelada. 0-2, minuto 79. A partir de ahí, los azulones tiraron de oficio. Algo que también adquirió en los últimos partidos. Rubén Arce marcó el del honor de penalti para los locales que habían merecido más. El Barbadás igual tampoco tanto. Pero el fútbol no entiende de méritos.

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