El Barbadás continúa con su cuesta abajo particular y acumula ocho jornadas sin conocer la victoria, en las que sólo anotó un gol
El Barbadás regresó de vacío del partido ante el Bergantiños donde perdió por un gol a cero y continúa con su cuesta abajo que le ha llevado a situarse en la décimo quinta plaza a dos puntos de los puestos de descenso.
Y es que el problema de los azules sigue siendo el mismo, la falta de gol sin la cual es imposible llevarse una victoria. En este encuentro volvió a suceder y los números no engañan. Un gol a favor en los últimos ocho partidos es el bagaje ofensivo de un equipo que ni con la llegada del delantero de Gambia Ousman Jarju pudo romper esa racha que esta desquiciando por momentos al equipo. Y como sin gol no hay triunfos, los de Regal aspiran como mucho a lograr un empate, pero en cuanto el rival logra adelantarse en el marcador les resulta muy difícil remontar. Una película que ya se vio muchas veces, demasiadas. No la ve el que no quiere o bien prefiere mirar para otro lado.
El partido de ayer en Carballo fue un calco de otros muchos a lo largo de la temporada, con el agravante de que la tarde tampoco ayudaba con lluvia, frío y un ambiente desangelado. Por encima, un rival al que no le duelen prendas en renunciar al fútbol con tal de esperar su ocasión y así tratar de llevarse la victoria, y esta vez le salió muy bien por que se llevó la victoria con cierta dosis de suerte.
Escasez de juego y ocasiones
La primera parte fue más bien pobre por ambos equipos, con un exceso de centrocampismo y escasez de ocasiones. La más clara para los ourensanos fue un disparo del interior Jaime Fernández que detuvo sin mayores problemas el portero local Christopher. En el bando local una par de balones colgados sobre el área que no crearon peligro para Berto. En la segunda parte el Barbadás pudo abrir el marcador pero el disparo de Jaime Fernández pegó en la escuadra de la portería local. Más suerte tuvieron los locales que tras un saque de esquina llegó un disparo que tras dar en el poste golpeo en la espalda de Berto y se coló en la meta azul. 1-0 que prolonga una agonía que parece no tener fin.
