FÚTBOL - ARBITRAJE

Cuelga el silbato tras 25 años

photo_camera El árbitro Taboada, con los capitanes antes de su último partido entre Peroxa y UD Ourense.

El colegiado ourensano Sergio Taboada Capón deja el arbitraje tras 25 años y lo hizo en el partido que enfrentó al Peroxa Club de Fútbol con la Unión Deportiva Ourense

El campo de O Marco fue testigo de la despedida del colegiado Sergio Taboada Capón (Ourense, 2 de agosto de 1976), que tras pitar el Peroxa-UD Ourense puso el punto y final a una relación de 25 años con el estamento arbitral. "Ni de lejos esperaba ese recibimiento en A Peroxa (los jugadores de los dos equipos y los asistentes le hicieron un merecido pasillo). Fue sumamente emotivo, un detallazo que no esperaba. Me sorprendieron gratamente y me puse colorado (risas). Estaba toda mi familia en la grada y al final del partido los jugadores me firmaron la camiseta y me lleve el balón del partido".

Su curiosidad por el arbitraje la descubrió viendo entrenar a los colegiados en el Pabellón. "De aquellas practicaba atletismo y mi entrenador era el ya desaparecido Alejandro Lorenzo, que no quería oír hablar de fútbol. En 1992 llegué a la delegación de Ourense con el número de colegiado 20.126".

Taboada recuerda con nostalgia su primer partido como juez asistente. "Fue en octubre de 1992 en un Barra de Miño-Pabellón que arbitró Carreira, siendo el otro línea  Pablo, mientras que como árbitro lo hizo en un Pabellón-Arranxar infantil a las diez de la mañana, pitando luego otro a las doce".

De colegiado auxiliar dio el salto a la Segunda Regional de entonces, donde permaneció dos años para luego dirigir tres en Primera y finalmente pasar a formar parte del cuerpo de asistentes específicos de Tercera división y Preferente.

De todos los delegados que tuvo en su carrera arbitral "me marcó la época de la dupla Manuel Ruiz Castaño-Antonio Docabo, ya que siendo niño una parte de los valores que tengo hoy como persona se los debo a ellos, porque más que árbitros lo que intentaban era potenciar la calidad humana. Cuando se tiene a cargo a 40 niños no solo buscas que lleguen a Primera, sino que en su vida sean honrados consigo mismos y que lo que hagan sea con gusto y satisfacción".

Agresión y accidente

Con apenas 17 años, Sergio Taboada sufrió una agresión en A Zamorana en un partido de Segunda Regional. "No recuerdo si era un jugador del Melias o del Vilariño, pero sí que me dio una patada y lo sancionaron con nueve meses. Volví a pitar a ese mismo equipo y de nuevo expulsé a ese jugador".

La tarde del 22 de diciembre de 2013 cuando se dirigía a pitar el Vilardebós-Rante sufrió un aparatoso y grave accidente en la autovía. "Eso me costó permanecer 280 días de baja y como trabajador autónomo fue complicarme la vida, pero lo bueno es que puedo contarlo aunque por suerte o por desgracia te puede tocar cuando andas por cualquier carretera".

Hace algunos años se produjo una situación tensa dentro del colectivo que generó que varios árbitros, entre ellos Taboada, no estuviera de acuerdo con ciertos procedimientos. "En aquel momento expresé lo que me parecía justo para el colectivo. No podía venir una persona como en su día fue el presidente de los árbitros a faltarnos en nuestras reuniones y no presentar luego una disculpa. El arbitraje para mí es un hobby y si estaba aquí era porque me divertía y no iba a consentir que alguien me faltara al respeto. Ya nos faltan en los campos, como para que pase también en los despachos".

En este adiós, "me quedo con lo más importante de la vida, que son los amigos que vas cosechando, y lo que aprendido en el arbitraje y como persona", agregó.

El detalle

En el arcón de los recuerdos Sergio Taboada guarda muchos, algunos tan curiosos como el vivido en el campo vigués de Balaídos el verano de 1994. "El día que cumplía 18 años fui de asistente con Bernardino González Vázquez a un amistoso entre el Celta y un equipo portugués y el balón nos lo trajeron unos paracaidistas que descendieron hasta el círculo central".

Además, fue testigo de la inauguración del Luis Bodegas de Monforte. "Coello pitó el partido entre el Celta y el Villarreal, que hacía la pretemporada en Manzaneda".
Una de las tardes más movidas para el colegiado ourensano en su condición de asistente fue al término del partido por la fase de ascenso a Segunda B entre el Lalín y el Porriño Industrial. "El árbitro fue Rubén Docabo y como los lalinenses perdieron acabamos siendo escoltados hasta Dozón por una patrulla de la Guardia Civil por delante y otra por detrás". 

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