Los entrenadores que han liderado al Pabellón en la élite del fútbol juvenil confían en la actual plantilla, mientras repasan cuatro décadas de historia
Todos comparten una historia común: han sido entrenadores del Pabellón en la División de Honor juvenil (Liga Nacional en sus orígenes). Cuando se juntan es imposible que no surjan multitud de anéctodas. Pero además, han dirigido a otras categorías e incluso varios fueron jugadores del club. Se conocen desde hace décadas y han vivido de todo dentro de Os Remedios. Mario Guede, Juanín, Cándido Gómez, Charly Álvarez, Anxo Valcárcel y Marquitos recuerdan sus experiencias sin quitarle ojo a la situación actual del equipo ourensano entre la élite, colista del grupo 1.
"Llevamos 4 o 5 años por encima de las posibilidades del Pabellón. Quedamos en la zona alta de la tabla por delante de equipos que son juveniles 'profesionales'. Y eso es difícil mantenerlo", afirma Cándido Gómez, que ahora dirige al equipo cadete A. "Entramos en una mala dinámica. Después de jugar contra los 'cocos' del grupo, el equipo se vino abajo por las lesiones y las sanciones justo antes de medirnos ante rivales directos", completa Juanín, vicepresidente del club. "Cuando vas ahí abajo, todo son desgracias. Se ve la situación muy negra, pero todo puede cambiar si se gana un partido. Para lograrlo hay que estar unidos y apoyarse. Tener una actitud negativa, no sirve de nada. Los jugadores no deben sentirse inferiores, porque no hay tanta diferencia", sentencia Charly Álvarez.
Y es que todos son consientes de que la misión es, cuanto menos, complicada. Sería hacer historia en la categoría. "Pero aún estamos en noviembre. Es cierto que, con 30 jornadas solamente, la División de Honor se hace corta, pero hay tiempo por delante para pelear", afirma Anxo Valcárcel, que tiene un reto parecido al frente del banquillo del Verín.
"Escuela de fútbol y de vida"
Marquitos entró en el Pabellón con 5 años y salió con 32. Imposible no seguir de cerca lo que ocurre en el "primer" equipo blanquiverde. "Este año llegaron un cúmulo de desgracias. Pero el Pabellón es más que el resultado. Es un conjunto de valores, deportivos y vitales. Mis mejores amigos siguen siendo los que hice de pequeño en el club". Mario Guede puede resumir más de 40 años en unos pocos minutos. Inevitable comparar esta situación con otras similares en el pasado. "Es muy complicado competir contra la infraestructura de equipos como el Celta o el Lugo. Pero al final, pase lo que pase, el Pabellón es una escuela de fútbol y de vida", destaca Guede.
Pero si en el mes de abril, el equipo juvenil no consigue el reto que tiene por delante, el Pabellón seguirá. "Yo descendí en 2 ocasiones y ascendí otras 3. Éramos un equipo ascensor", pone sobre la mesa Cándido. "Somos conscientes de que si no tenemos que estar ahí, tendremos que salir en otra categoría a por todas", sentencia Juanín. Pero hay tiempo. Hoy, el equipo tienen una nueva oportunidad de enderezar el rumbo. "No hay que rendirse". Eso no va con el Pabellón. Lo dicen los que más saben.
