Kike García, entrenador del descendido Sala Ourense: “No había para mucho más”

Tizón, segundo entrenador, y el técnico Kike García hablan en un partido.
photo_camera Tizón, segundo entrenador, y el técnico Kike García hablan en un partido.
Kike García, técnico del descendido Sala Ourense, reconoce que “llegar con vida a la penúltima jornada fue un milagro”

El Sala Ourense certificó con su derrota el sábado en la cancha del líder Lugo Sala (4-1) el descenso a la Tercera División cinco temporadas después. Mirando solo la trayectoria de la primera vuelta del campeonato sería la crónica de un descenso anunciado. Nueve puntos sumó en aquellos primeros 15 partidos, un lastre demasiado grande, aunque después de esa debacle inicial, todavía hubo mucha historia, si bien el final fue igual de cruel, o más.

Kike García, entrenador del conjunto ourensano, expone los motivos que llevaron a su equipo a perder la categoría y analiza el futuro inmediato, el suyo y el del club.

“El problema estuvo en la confección de la plantilla. En verano tuvimos bajas demasiado importantes y sin oportunidad de suplir. Iniciamos la liga con varios jugadores sin experiencia en competición nacional y en las primeras jornadas llegó la puntilla en forma de lesiones graves que nos obligaron a tirar de jugadores juveniles. Llegaron las derrotas y empezaron las prisas por vernos abajo, y con ello las expulsiones, demasiadas. Cuando nos dimos cuenta llevábamos 11 derrotas consecutivas y estábamos hundidos en la clasificación”, lamenta el técnico.

“En la segunda vuelta fichamos a Santi, fuimos recuperando a gente y a falta de un partido sumamos 22 puntos, lo que supondría una proyección de más de 40, es decir, un equipo de mitad de tabla. Independientemente de esto, llegar con vida a la penúltima jornada de liga fue un milagro, ya que con lo que nos quedamos en la plantilla no había para mucho más que esto”, añade García.

Kike García, que regresó al banquillo ourensano en febrero del año pasado para firmar un sobresaliente final de curso que le valió la permanencia al equipo, reconoce que “llevo 15 temporadas entrenando en las categorías nacionales y es la primera vez que vivo una temporada con todos estos contratiempos. Hubo muchas semanas en las que entrenábamos cinco o seis jugadores y entre ellos dos juveniles. Suerte que la plantilla estuvo de 10, porque de no ser así… Habría dejado el equipo, porque en esos momentos no te sientes entrenador, pero Tizón y yo nos quedamos porque queremos a este club”.

Y añade: “Intentamos reponernos, fichamos a Santi y llegamos con opciones de permanencia hasta el pasado sábado, en un partido en el que tuvimos opciones de ganar al campeón del grupo”.

Ahora, le queda cerrar la liga el sábado en el Pazo frente al Salamanca (16:00 horas) y después toca pensar ya en el futuro. “Falta el partido ante Unionistas el sábado y después hay que sentarse y hablar con la directiva del futuro. Hay que ver el proyecto que proponen para Tercera y después tomar una decisión”, se refiere el técnico a su continuidad. “No, la decisión no está tomada, no tengo las cosas claras”.

El proyecto en la ciudad

Reconoce Kike García que la actual perspectiva con el fútbol sala en la ciudad no es la más halagüeña. ¿El futuro con la plantilla actual? Este grupo de jugadores, me refiero a los más jóvenes, todavía necesita mucho trabajo. En Ourense hay muy pocos de nivel de Segunda B y la base todavía está muy verde. Este año nos tocó dar responsabilidad a gente no preparada para asumir minutos en la categoría y en Tercera me costaría verlo. Necesitamos más jugadores jóvenes y eso requiere más tiempo”.

Menciona el entrenador del Sala Ourense épocas pretéritas. “Viví la época del Academia Postal y entrené en aquel Coinasa y el poder económico de aquellos proyectos eran infinitamente superiores al de este club. Había pocos ourensanos, pero salió primero Ruiz, después los Pataco, y lo que necesitaban aquellos equipos para completar las plantillas llegaban con los fichajes. Yo pretendí reforzar nuestra plantilla esta temporada y lo único que pudimos conseguir, que no fue poco, fue a Santi y para eso porque es amigo personal de Tizón y mío. A ciertos niveles de competición el poder económico marca dónde estás y el problema es que por mucho que trabaje Víctor (Sousa, el presidente), el potencial económico es el que es, las ayudas públicas también son lo que son, muy inferiores al de otras provincias gallegas, y ahora, con la pandemia y demás, es imposible que haya empresas privadas que apuesten por el fútbol sala como hicieron Academia Postal, Coinasa o Ternera Gallega”. Sea como fuere, toca mirar al futuro, en Tercera.

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