En los 35 primeros minutos de partido el COB jugó regular muchos de ellos y mal el resto. El Ponferrada jugó siempre bien, tuvo equilibrio, mucho más acierto y se le notaba a años luz en confianza. Y aún así ganó el COB. Con una remontada de las que pasan una vez de cada cien, pero ganó.
En un partido que lo podía haber dejado realmente tocado, el equipo que ahora entrena Guillermo Arenas debería haber encontrado una pócima impagable para dar un paso adelante. Con el nuevo técnico el COB mejorará seguro (y mucho) en defensa a la que tenga tiempo para entrenar, y en ataque la lectura que debe sacar es que tiene recursos de sobra para ganarle a cualquiera.
Solo necesita confianza y criterio. Olvidarse de si va ganando o perdiendo e incluso del tiempo que queda. De si está metiendo mucho o poco de tres y de si el contrario cree o no que le puede ganar. El Ponferrada es un rival complicado, nivel de play off, y al COB le llegó con llevar la defensa al barro cinco minutos y poner el balón en las manos adecuadas para remontar 16 puntos y ganar.
Javi Martín o José Nogués no necesitan ser estrellas para ser decivos y Seydou Aboubacar o Paco del Águila no tienen que superar los 10 puntos para marcar diferencias en las zonas. Con Van Wijk de baja, "sin" Gantt, y con muy poco de Lasenbergs o De Assis y fue suficiente.
El COB tiene todas las cartas para ganar la partida del ascenso con solo saber jugarlas. Incluso si no acabase primero.
La clave, en los tres partidos que quedan y los que vengan después, son confianza y criterio en ataque e implicación e inteligencia en defensa. La actitud siempre ha sido impecable, la defensa se la va a dar el nuevo entrenador y su parte es confiar en sí mismos y en todos los que tienen a su lado.
