Pese al descenso y los problemas deportivos del equipo, el club ha recuperado la conexión social con la ciudad y la solvencia económica

Al timón de un proyecto ilusionante

Jorge Bermello, en el Centro comercial Ponte Vella y con dos de los puentes ourensanos al fondo. (Foto: Miguel Ángel)
El Club Ourense Baloncesto se pondrá al servicio de los colegios, asociaciones y entidades de la ciudad para trabajar conjuntamente, para transmitirles ilusión y poder recuperar la afición por el baloncesto'. Ese fue el mensaje de Jorge Bermello en su primera rueda de prensa con el nombre del COB a su espalda. De eso hace casi dos años.
Desde el primer día antepuso la directiva encabezada por Bermello la solvencia económica del club y su recuperación social a los éxitos deportivos. Con menos presupuesto en la primera temporada y con algo más en la segunda, el COB se marcó como meta asentarse en la antesala de la ACB y hacerlo con bases sólidas desde las que crecer. Salió todo bien menos lo que realmente interesa a los aficionados, la clasificación. El descenso a la LEB Plata es un palo duro de digerir para un club intachable por su gestión económica y envidiado por su metamorfosis social. El COB ha pasado de ser un club en indiscutible proceso autodestructivo a ser uno de los que presentan mayor estabilidad y credibilidad del baloncesto nacional.

Entrenadores, agentes y jugadores han vuelto a mirar hacia Ourense y Ourense ha vuelto a mirar al Pazo. El baloncesto, poco a poco, se reivindica como una de las principales actividades sociales de la provincia y, pese a una campaña plagada de derrotas y decepciones, el Pazo se ha situado como la segunda cancha más populosa de la LEB Oro superando incluso a algunas de la Liga ACB. Los viernes por la noche cerca de 4.000 ourensanos acuden como media a un espectáculo sin competencia.

En el ámbito deportivo, la diferencia es todavía mayor. Acude más público a un partido del COB que a los del resto de clubes de élite de la provincia juntos.

El éxito del club, que garantizaría la continuidad del proyecto, se cimenta en su implicación social. Cada temporada el COB realiza más de 30 actividades con colegios, empresas, asociaciones e instituciones. El magosto, el Samaín, el Entroido o el termalismo, campañas de donación de sangre, de colaboración con ONG's o destinadas a los más pequeños, visitas semanales a colegios de la provincia y periódicas a centros médicos. El COB se ha vuelto a implicar con la ciudad y la ciudad habla a diario de un equipo con el que se vuelve a identificar ya sea en persona o gracias a unas redes social a las que recurre y explota. La renovada página web del club, con más de 31.000 visitas semanales, es un ejemplo más de esa metamorfosis.


DINERO PRIVADO

Durante muchas temporadas el club sustentó su presupuesto en el dinero de la instituciones. Desde la llegada de Bermello el COB es, con mucha diferencia, el club que menor porcentaje de dinero público utiliza. Ha pasado tener un 80 por ciento de su puesto procedente de las instituciones a sólo un 32. Con las mismas subvenciones con las que el club casi desaparece en la LEB Plata por impagos ha conseguido competir en LEB Oro terminando la campaña, a pesar del descenso, generando superávit.

Sea en LEB Oro o en LEB Plata, el futuro del COB parece garantizado gracias a la metamorfosis social y económica del club desde la llegada de Jorge Bermello.

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