El Celta, incapaz en casa

Roberto Lago, presionado por un defensor canario (Foto: ATLÁNTICO DIARIO)
La UD Las Palmas rompió su racha de tres jornadas consecutivas sin ganar y de paso ahondó en la crisis de juego y resultados de un Celta que sigue sin vencer en Liga en Balaídos, donde el año pasado ya perdió el ascenso a Primera división.
El equipo vigués empezó dominando. En el minuto diez, después de un gran centro de Quique de Lucas, David Rodríguez estrelló su remate en el larguero. Poco después, Alex López lo intentó sin éxito con un disparo desde fuera del área.

Los celestes tenían controlado el partido, pero volvieron a ceder a balón parado. En el minuto 21, Las Palmas aprovechó el primer regalo de la tarde de su rival después que tras un saque de esquina, Vicente peinase el balón en el primer palo y Portillo, completamente solo, lo enviase al fondo de la red.

El tanto descolocó al conjunto de Paco Herrera. Durante muchos minutos su equipo estuvo noqueado, sin ideas. Aun así, a la media hora de juego, David Rodríguez, después de un gran pase a la espalda de la zaga canaria de Joan Tomás, se resarcía de su error anterior con una buena finalización ante Barbosa.

La alegría casi le dura poco a los celestes. Dos minutos después, Balaídos volvió a enmudecer después que Vicente rematase una falta lateral ejecutada por Viera, pero el árbitro anuló su tanto por un más que dudoso fuera de juego.

En el arranque del segundo tiempo, el Celta, favorecido por el conformismo de su rival, recuperó el control del juego, pero su falta de profundidad provocó que Las Palmas apenas sufriese. Además, con el paso de los minutos apareció la ansiedad en los jugadores celestes. La necesidad de ganar en Balaídos acabó matando al Celta.

El equipo gallego se rompió en dos en los últimos minutos. Las Palmas se lanzó a por la victoria. La tuvo Vitolo en el 76, pero después de driblar a Yoel falló a puerta vacía. La afición local respiró, pero no mucho.

En el minuto 85, en una acción que nace después de un saque de esquina, Ruymal logró el tanto de la victoria cuando Yoel estaba tendido sobre el césped. Los celestes pidieron falta sobre el portero pero el árbitro no indicó nada. Al final, Balaídos despidió a su equipo con una sonora pitada.

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