España aspira a los cuartos de final para mantener vivo el sueño olímpico

La selección española femenina de balonmano viaja a Brasil, donde arrancará mañana una nueva edición mundialista, con el objetivo de lograr una de las siete primeras plazas, que asegurarían a las de Jorge Dueñas un puesto en los torneos preolímpicos, último paso previo a los ansiados Juegos de Londres.
Y es que tras lograr la medalla de plata en el Europeo de Macedonia 2008 y alcanzar un año más tarde las semifinales en el Mundial de China, nadie esconde en el equipo español que la meta es volver a disputar unos Juegos Olímpicos, de los que faltó en Pekín 2008.

Para ello, la selección deberá erradicar la irregularidad que ha marcado su participación en la Copa del Mundo y en la Copa Mobelringen, los dos torneos preparatorios que ha disputado, en los que ha alternado resultados de relumbrón, como el empate (26-26) cosechado ante la todopoderosa Noruega, con derrotas que han dejado numerosas dudas.

Sombras que el combinado nacional tratará de despejar en una primera fase en la que peleará con Rusia, vigente campeona mundial, Corea del Sur y Holanda por ocupar una de las dos primeras plazas, que a priori, asegurarían un cruce de octavos, a los que acceden los cuatro primeros de cada grupo, más accesible.

La meta no parece al alcance de los otros dos integrantes del grupo B, Kazajistán, a quien España ya derrotó por un contundente 30-12 hace dos años en China, y Australia, que perdió los once encuentros que disputó en el último Mundial, tras encajar casi cuarenta goles por partido.

La selección española confía en alcanzar los primeros puestos por medio de su solvente defensa, la mejor arma, junto con su irreductible carácter, de una selección que espera no acusar en exceso la ausencia de la lesionada Begoña Fernández, pieza clave en los últimos éxitos del equipo español.

España intentará superar esa baja gracias al talento de jugadoras como Macarena Aguilar y Nerea Pena, elegida mejor lateral derecho en el pasado Europeo, o Marta Mangué, que una vez recuperada de las molestias de rodilla que arrastraba desde el pasado mes de septiembre poco a poco va recuperando su máximo nivel.

Esta tripleta se antoja indispensable para que España pueda competir con rusas, coreanas y las emergentes holandesas por los dos primeros puestos del grupo, que tendrán como premio evitar a las potentísimas Noruega y Montenegro, las dos máximas favoritas del grupo A con permiso de Alemania, en los octavos de final.

Esta ronda marcará el punto de inflexión del campeonato, ya que todo hace indicar que los ocho equipos que accedan a los cuartos de final tendrán segura su presencia en los torneos preolímpicos, pues parece improbable que ninguna de las tres selecciones que ya tienen plaza fija en Londres -Noruega, Corea del Sur y Brasil- alcance los cuartos.

España podría acceder a los torneos preolímpicos incluso sin superar los octavos de final, aunque para ello debería sumar el mayor número de puntos posibles en la primera fase y esperar a que noruegas, coreanas y brasileñas logren la mejor clasificación posible.

Son cábalas en las que la selección española no quiere ni pensar, consciente, como demostró recientemente ante Noruega, de que tiene el potencial suficiente para batir a cualquiera, lo que le permite soñar, como aventuró la propia Marta Mangué antes de partir a Brasil, con repetir las semifinales logradas hace dos años en China.

Todo un logro para la selección que parece un peldaño por debajo de Noruega, Rusia, Francia, Montenegro o la anfitriona, Brasil, las cinco selecciones que Jorge Dueñas no dudó en señalar como las máximas favoritas para un oro, que en esta ocasión tendrá como premio añadido, la clasificación directa para los Juegos Olímpicos de Londres 2012.

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