El deportista gallego Javier Gómez Noya es, a sus 24 años, el mejor triatleta del mundo, como demostró durante las dos últimas temporadas, en las que repitió triunfo en la clasificación general de la Copa del Mundo y primer puesto final en el ranking mundial.
Noya completó en 2007 una campaña de ensueño en la que, además de ganar la competición de la regularidad, se anotó el campeonato de Europa y sólo en los últimos metros tuvo que ceder y conformarse con la plata en el Mundial de Hamburgo. El año 2008 puede ser el de su inmortalidad deportiva, ya que en los Juegos de Pekín partirá como uno de los valores más seguros del deporte español.
Después de entrenarse casi un mes en Suráfrica pasa las fiestas con los suyos en Ferrol y asegura que en la próxima campaña no habrá muchos cambios, en líneas generales, no habrá grandes cambios. Ha sido nuevo lo de Suráfrica, pero planificamos la secuencia casi igual que otros años. Aunque buscaré más el calor, porque en Pekín o en sitios calurosos rindo menos que en lugares con climas más suaves. Ya cuenta con la programación del año, iré al Europeo (en Lisboa) y al Mundial (Canadá), porque son pruebas exigentes en las que me enfrentaré a rivales de primer nivel. Pero no serán obje tivos prioritarios. Haré menos pruebas de la Copa del Mundo. El Mundial supone un viaje largo, pero luego tendré unos días para recuperarme antes de afrontar los dos últimos meses previos a los Juegos. Ser favorito al oro olímpico no le aporta presión. La presión ya me la pongo yo. Pekín es mi principal objetivo. Hay que ser realista: no se puede predecir nada en una prueba que se disputa cada cuatro años. Sé que voy a estar en todas las apuestas, pero todos irán a muerte.
Después de entrenarse casi un mes en Suráfrica pasa las fiestas con los suyos en Ferrol y asegura que en la próxima campaña no habrá muchos cambios, en líneas generales, no habrá grandes cambios. Ha sido nuevo lo de Suráfrica, pero planificamos la secuencia casi igual que otros años. Aunque buscaré más el calor, porque en Pekín o en sitios calurosos rindo menos que en lugares con climas más suaves. Ya cuenta con la programación del año, iré al Europeo (en Lisboa) y al Mundial (Canadá), porque son pruebas exigentes en las que me enfrentaré a rivales de primer nivel. Pero no serán obje tivos prioritarios. Haré menos pruebas de la Copa del Mundo. El Mundial supone un viaje largo, pero luego tendré unos días para recuperarme antes de afrontar los dos últimos meses previos a los Juegos. Ser favorito al oro olímpico no le aporta presión. La presión ya me la pongo yo. Pekín es mi principal objetivo. Hay que ser realista: no se puede predecir nada en una prueba que se disputa cada cuatro años. Sé que voy a estar en todas las apuestas, pero todos irán a muerte.
