El consumo de combustibles de automoción en España descendió el año pasado un 4,6% totalizando 27,9 millones de toneladas. En cuanto a las gasolinas el descenso fue de un 6,6% y en el gasóleo un 4,1%, según datos de Corporación de Reservas Estratégicas de Productos Petrolíferos (Cores). Los carburantes para vehículos representaron en 2011 el 43,4% del total de la demanda de productos petrolíferos en España.
En 2012 la tendencia va por la misma senda negativa que el pasado ejercicio. En el mes de enero la demanda de gasolinas bajó un 4,5% y la de gasóleo un 3,6%.
Este descenso se produce en un momento de recrudecimiento de la crisis económica y con los precios de los carburantes en máximos históricos. El litro de diésel cuesta estos días 1,40 euros de media y el de súper 95 está en muchas estaciones de servicio a 1,49, como es el caso de Vigo. Llenar un depósito medio de 55 litros de gasoil cuesta hoy unos 77 euros y uno de gasolina 81 euros, lo que en ambos casos supone 30 euros más que hace tres años. Y es que en 2009 los precios de los combustibles se movían entre los 80 céntimos y un euro.
Estos niveles históricos tiene lugar en un contexto de subidas del precio del petróleo provocado por la creciente tensión en Irán y con la amenaza del corte de suministro de crudo a España.
El encarecimiento también se entiende por la pérdida de valor del euro frente al dólar o el incremento de los impuestos -más comunidades aplicando el 'céntimo sanitario'-. Además, el Gobierno está estudiando más gravámenes al diésel para cumplir con el déficit marcado por la UE, algo que los fabricantes de coches y los concesionarios cree perjudicial.
Este descenso se produce en un momento de recrudecimiento de la crisis económica y con los precios de los carburantes en máximos históricos. El litro de diésel cuesta estos días 1,40 euros de media y el de súper 95 está en muchas estaciones de servicio a 1,49, como es el caso de Vigo. Llenar un depósito medio de 55 litros de gasoil cuesta hoy unos 77 euros y uno de gasolina 81 euros, lo que en ambos casos supone 30 euros más que hace tres años. Y es que en 2009 los precios de los combustibles se movían entre los 80 céntimos y un euro.
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El encarecimiento también se entiende por la pérdida de valor del euro frente al dólar o el incremento de los impuestos -más comunidades aplicando el 'céntimo sanitario'-. Además, el Gobierno está estudiando más gravámenes al diésel para cumplir con el déficit marcado por la UE, algo que los fabricantes de coches y los concesionarios cree perjudicial.
