El 'Pegaso', megayate y oceanográfico que está construyendo Freire dejará Vigo en cuestión de días. Su entrega está prevista para final de este mes y los operarios del astilleros apuran los últimos detalles del barco, así como el arreglo del golpe que sufrió hace unos días cuando chocó contra la escollera de Beiramar mientras se estaba probando.
Día después del incidente, parte del buque se mantuvo tapado mientras duraban las obras.
Se trata de un yate de lujo que tiene funciones de oceanográfico. Está abanderado en Luxemburgo y servirá tanto para funciones de investigación como de ocio porque su dueño tiene previsto vivir en él, tal y como explicó el presidente del astillero el pasado mes de junio en una botadura en sus instalaciones. Tiene 120 metros cuadrados para la vivienda del armador y seis camarotes de lujo para invitados.
La embarcación tiene 73 metros de eslora, 13 de manga y capacidad para llevar a 30 personas entre tripulación y científicos. Cuenta con una autonomía de 10.000 millas y está pintado con una pintura especial que ha requerido cuatro meses de secado. Dispone, además, de una plataforma retráctil que hace de helipuerto y de un submarino tripulado con capacidad para seis personas, especializado en la toma de muestras.
La construcción del barco comenzó en la primavera de 2008 y es uno de los secretos mejor guardados por Freire, que se ampara en la cláusula de confidencialidad que contiene el contrato para no revelar información. Fuentes oficiosas cifran en 80 millones el valor del barco.
El astillero vigués tiene carga de trabajo asegurada sólo hasta finales del próximo año, pero está negociando con varios países del Golfo Pérsico para conseguir nuevos contratos, tras entregar uno a Qatar.
Se trata de un yate de lujo que tiene funciones de oceanográfico. Está abanderado en Luxemburgo y servirá tanto para funciones de investigación como de ocio porque su dueño tiene previsto vivir en él, tal y como explicó el presidente del astillero el pasado mes de junio en una botadura en sus instalaciones. Tiene 120 metros cuadrados para la vivienda del armador y seis camarotes de lujo para invitados.
La embarcación tiene 73 metros de eslora, 13 de manga y capacidad para llevar a 30 personas entre tripulación y científicos. Cuenta con una autonomía de 10.000 millas y está pintado con una pintura especial que ha requerido cuatro meses de secado. Dispone, además, de una plataforma retráctil que hace de helipuerto y de un submarino tripulado con capacidad para seis personas, especializado en la toma de muestras.
La construcción del barco comenzó en la primavera de 2008 y es uno de los secretos mejor guardados por Freire, que se ampara en la cláusula de confidencialidad que contiene el contrato para no revelar información. Fuentes oficiosas cifran en 80 millones el valor del barco.
El astillero vigués tiene carga de trabajo asegurada sólo hasta finales del próximo año, pero está negociando con varios países del Golfo Pérsico para conseguir nuevos contratos, tras entregar uno a Qatar.
