Javier Mouriño, director general de Intermax

“En el negocio de la banda ancha rural no hay crisis'

Javier Mouriño.
Javier Mouriño (Palas de Rei, Lugo, 1989) apenas supera la veintena, pero hace tres años que puso en marcha Intermax, una operadora de internet y telecomunicaciones que factura 2,5 millones de euros y emplea a 27 personas. Y ya están trabajando en otros países.
El pasado fin de semana la empresa afrontó uno de los retos más importantes de su trayectoria: dar cobertura de internet - para facilitar el acceso a la red a medios de comunicación, organización y público- en el Pantin Classic Pro, el popular campeonato internacional de surf que cada año se celebra en Valdoviño (Ferrol). Intermax presume de tener la red inalámbrica más extensa de Galicia, con 4.000 km2 de cobertura. Y es que su objetivo, y origen de la empresa, es cubrir la demanda de los más de 500.000 gallegos que residen en el rural y que aún no disponen de acceso a internet de banda ancha. Javier Mouriño es estudiante de 4º de Biología.
¿Cómo decidió convertirse en un emprendedor?
Pues básicamente por necesidad. Empezamos casi de broma unos amigos y yo, porque nos dimos cuenta de que en Melide, donde resido, y en los alrededores, era una necesidad básica tener acceso a internet de banda ancha y empezamos a ver la forma de conseguirlo, de dar respuesta a tantos demandantes. Nos pusimos en contacto con fabricantes de equipos e incluso con otros emprendedores que estaban en proyectos similares en otros puntos de España. Hicimos alguna visita a proyectos, a Andalucía y Valencia, y llegamos a la conclusión de que aquí se podría hacer algo similar. El primer paso fue instalar una antena en un monte de Melide, que es también el punto más alto de la provincia de A Coruña. Empezamos con muy pocos clientes, y a partir de ahí a crecer paso a paso hasta hoy.
Y sin contar con ninguna formación en el ámbito de la empresa o las tecnologías, ¿de dónde le viene esa inquietud?
Mis padres son empresarios, y conté con su apoyo. Supongo que eso también habrá tenido algo que ver. De todas formas el esfuerzo económico no fue muy grande. Fuimos paso a paso, el riesgo no fue elevado. Después mucha imaginación y tener claro cuáles son los objetivos y saber hasta dónde quieres llegar, evidentemente contando con muchos profesionales con años de experiencia en su área. Yo llevo dirección y líneas estratégicas, aunque la parte de instalación y la parte técnica es cosas de profesionales expertos en esas materias.
Intermax inició su actividad en pleno 2008, ¿no hay crisis en las telecomunicaciones?
A nivel general del sector de las TIC la crisis no es tan fuerte como en otros. En nuestro negocio principal, que es el de accesos a internet de banda ancha a núcleos rurales, no hay crisis para nada. Somos pocas empresas las que hacemos esto a nivel España, estamos creciendo cada año entre un 200 y un 300%. Y el crecimiento es en todos los aspectos, a nivel de ayuntamientos con los que trabajamos, a nivel de antenas, número de clientes, de empleados y de facturación. En un sector que no vemos que esté afectado.
Entonces las perspectivas son más que buenas...
En 2010 facturamos unos 2,5 millones de euros y tenemos ahora mismo 27 empleados. Seguiremos en la misma línea, cerrando 2011 con cerca de 5 millones de euros. Contamos en estar presentes en otros países. Ahora mismo ya estamos en Perú y queremos empezar a trabajar en República Dominicana y Angola. El salto al exterior es inminente.
¿Y el objetivo de cubrir el rural gallego sigue adelante?
Actualmente damos cobertura al 25% del territorio. Estamos presentes en 71 concellos de toda Galicia, aunque la demanda es brutal. La banda ancha no llega al rural, y se puede decir que 500.000 pueden estar sin acceso a internet de calidad. Hasta ahora hemos trabajado con ayuntamientos, diputaciones y también hemos hecho alguna inversión propia. Actualmente, es muy complicado tener acceso a dinero público o ayudas para poder mejorar nuestra cobertura, así que lo siguiente será una apuesta de la empresa. En 2012 iniciaremos un plan de expansión global con el que queremos dar cobertura a toda Galicia. Lo haremos con inversión propia, arriesgando, y con muy pocas ayudas.
Ofrecen otros servicios, como el de videovigilancia. Incluso uno especial para las iglesias, ¿cómo va?
Ya instalábamos servicios de videovigilancia a empresas o particulares. Pero justo después de producirse el robo del Códice Calixtino surgió una necesidad grande por parte de la Iglesia de contratar servicios para proteger el patrimonio eclesiástico. Se pusieron en contacto con nosotros y desarrollamos un producto a medida, que tenemos en unas diez iglesias. El sistema consta de cámaras de vídeo inteligentes, que monitorizan todos los puntos de la iglesia y pueden dar aviso automático de cualquier incidencia. El párroco puede ver la señal en su móvil, y el sistema puede enceder alarmas de luz o sonido. Esto abrirá el paso a la entrada de la iglesia en el mundo de las TICs, porque esta misma cámara puede retransmitir una misa en streaming a través de la televisión. Podemos incluso controlar el repique de las campanas.

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