La Unión Europea (UE) inicia la próxima semana un curso político complicado e intenso, marcado por la necesidad imperiosa de atajar finalmente con determinación y resolución la crisis de la deuda y de los mercados en la eurozona.
La Comisión de Asuntos Económicos y Monetarios del Parlamento Europeo ha citado a la cúpula de las instituciones europeas a una reunión extraordinaria en la que tendrán que rendir cuentas sobre su respuesta a la crisis los presidentes del Eurogrupo y del Banco Central Europeo, Jean-Claude Juncker y Jean-Claude Trichet, respectivamente y el comisario de Economía, Olli Rehn.
Entre los planes del Ejecutivo comunitario destacan el de presentar las propuestas legislativas para regular la actividad de las agencias de calificación de riesgos y para una tasa sobre transacciones financieras y pretende presentar un informe sobre la viabilidad de los Eurobonos, aunque sólo después de que el Parlamento y el Consejo hayan aprobado la reforma de la gobernanza económica con la que la UE quiere coordinar mejor su sistema fiscal y endurecer la disciplina fiscal para evitar futuras crisis. El paquete incluye un sistema de sanciones, pero la cuestión de cómo se aprobará ese castigo sigue siendo el principal escollo.
Otro reto próximo es la aprobación del presupuesto para 2012, que incluye 146.245 millones de euros en créditos de compromiso y 129.088 millones en créditos de pago, lo que supone un incremento del 2,9% y del 2,02% respectivamente, con respecto al de 2011.
La tarea más urgente para los Veintisiete es finalizar los detalles técnicos y prácticos del segundo rescate a Grecia -que asciende a 109.000 millones de euros para la UE y el FMI y a 50.000 millones para el sector privado- y de la reforma del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
El tiempo apremia porque el siguiente tramo -8.000 millones de euros- debe ser desembolsado en pocas semanas, y los jefes de Estado y de Gobierno acordaron en la cumbre extraordinaria de la eurozona el 21 de julio utilizar para ese pago el FEEF, cuya reforma aún tiene que ser ratificada por los parlamentos.
Entre los planes del Ejecutivo comunitario destacan el de presentar las propuestas legislativas para regular la actividad de las agencias de calificación de riesgos y para una tasa sobre transacciones financieras y pretende presentar un informe sobre la viabilidad de los Eurobonos, aunque sólo después de que el Parlamento y el Consejo hayan aprobado la reforma de la gobernanza económica con la que la UE quiere coordinar mejor su sistema fiscal y endurecer la disciplina fiscal para evitar futuras crisis. El paquete incluye un sistema de sanciones, pero la cuestión de cómo se aprobará ese castigo sigue siendo el principal escollo.
Otro reto próximo es la aprobación del presupuesto para 2012, que incluye 146.245 millones de euros en créditos de compromiso y 129.088 millones en créditos de pago, lo que supone un incremento del 2,9% y del 2,02% respectivamente, con respecto al de 2011.
La tarea más urgente para los Veintisiete es finalizar los detalles técnicos y prácticos del segundo rescate a Grecia -que asciende a 109.000 millones de euros para la UE y el FMI y a 50.000 millones para el sector privado- y de la reforma del Fondo Europeo de Estabilidad Financiera (FEEF).
El tiempo apremia porque el siguiente tramo -8.000 millones de euros- debe ser desembolsado en pocas semanas, y los jefes de Estado y de Gobierno acordaron en la cumbre extraordinaria de la eurozona el 21 de julio utilizar para ese pago el FEEF, cuya reforma aún tiene que ser ratificada por los parlamentos.
