La zona silicia de España, la zona de Cantabria, Galicia y Asturias, se encuentra actualmente libre de una de las especies exóticas invasoras que más impacto produce en el medio acuático español, el mejillón cebra. Que su presencia sea exclusiva de la zona calcárea de España, es debido a que esta especie forma su caparazón a base de carbonato cálcico, sustancia encontrada en las aguas pesadas de esta región del país.
Según la jefa del Servicio Técnico de la Confederación Hidrográfica del Júcar y experta en esta invasora, Concha Durán, esta especie se encuentra entre las diez especies exóticas invasoras más peligrosas debido a su impacto socioeconómico y ecosistémico. Su impacto es tal, que en muchas zonas donde se ha encontrado esta especie han utilizado métodos drásticos para eliminarla. Es el caso del Segura, río en el cual han desecado parte de un embalse de Albacete, ya que esta especie habita entre los dos y los cinco metros de profundidad.
Daños
Entre los daños que puede llegar a causar esta especie, uno de los más importantes es la obstrucción. La forma de agruparse de sus individuos en forma de "racimos" puede llegar a obstruir tomas de agua, causando daños a hidroeléctricas, regantes, ayuntamientos, etc.
A nivel ecológico, el daño de esta especie es muy alto, ya que su poder filtrador es muy alto, lo que le permite consumir mucho fitoplancton. Su apetito voraz hace que los nichos ecológicos de su área se alteren, causando un desequilibrio ecosistémico.
Debido a su alta capacidad reproductiva y a la ausencia de un depredador específico, esta especie tiene una tasa de propagación por las zonas calcáreas de la península peligrosamente alta. Esto sumado a su impacto a los ecosistemas locales, supone un grave peligro que se debe controlar.
