Proceden de varios países europeos y acampan ilegalmente en una zona comunal de Soria

Miles de jóvenes ocupan un monte para una fiesta 'rave'

Un joven baila frente a varias columnas de bafles instaladas en Pinar Grande. (Foto: MARTIÑO PINAL)
Los vecinos de la comarca soriana de Pinares están indignados con la acampada ilegal en Pinar Grande de 3.000 jóvenes de varios países europeos, que les impide conciliar el sueño por el ruido de la música electrónica que suena en esta 'quedada', bautizada como 'Spaintek 2011'.
La indignación entre los vecinos y turistas de esta comarca, situada entre la Sierra de Urbión y el pantano de la Cuerda del Pozo, la que atrae más visitantes en esta provincia, ha ido en aumento desde que el viernes los jóvenes -convocados a través de internet- fueran llegando a Pinar Grande, la joya de los montes propiedad de la Mancomunidad de los 150 Pueblos de la Tierra de Soria y el Ayuntamiento capitalino.

En el cartel que indicaba que está prohibido acampar, los acampados han pintado con grandes letras 'Teknival', el nombre con el que se conocen a los festivales itinerantes y sin convocatoria oficial para vivir la fiesta al ritmo de la música electrónica -hay nueve discotecas habilitadas con enormes bafles- y con el acompañamiento de la naturaleza.

Tras el fin de semana se redujo el número de acampados a orillas del pantano de la Cuerda del Pozo, que ayer disfrutaron a su manera de la llamada 'fiesta grande' -veinticuatro horas continuadas- que marcó el regreso de algunos de los participantes a sus lugares de origen, pero que para otros significará un punto y seguido para continuar el resto de la semana.

Mientras, los habitantes de la comarca de Pinares han levantado la voz para denunciar a las autoridades la falta de medidas para terminar con la música a muchos decibelios que está impidiendo conciliar el sueño a personas que viven a más de ocho kilómetros de distancia.

La música electrónica se oyó de forma machacona en Vinuesa, Molinos de Duero, Abejar e incluso en municipios más distantes como Covaleda e incluso el burgalés de Regumiel de la Sierra. Antonio García Abad, vecino de Vinuesa y exembajador en Finlandia y Francia, puso ayer la voz al malestar existente por esta ocupación 'inaceptable' de un monte comunal 'sin permiso'. 'Si las autoridades no pueden solucionar esto, entonces ¿para qué están?', criticó.

Jesús María Sanz, gerente del cámping 'El Cobijo', de Vinuesa, pueblo a unos ocho kilómetros de la fiesta 'rave', dijo que el sonido de la música electrónica zumba todas las noches, mientras los clientes esperan que alguien tome medidas.

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