Una multitudinaria recepción entre las emociones y el cariño

En el besamanos de los reyes, con cerca de 3.000 invitados, hubo tiempo para las anécdotas

Eran tantos, éramos tantos (casi 3.000) que los reyes tuvieron que tomarse un descanso de veinte minutos para tomar un refresco cuando solo habían saludado a la mitad de invitados. Por empeño de don Felipe y doña Sofía pasaron uno a uno por el salón del trono, en esa mezcolanza de nombres y personalidades que impuso don Juan Carlos desde el primer día de su reinado: además del gobierno en pleno y las altas instituciones del Estado, allí estaban quienes han servido en la Casa del Rey durante estos últimos cuarenta años, los presidentes y ministros de todos los gobiernos de la monarquía, los representantes de las instituciones de esos mismos años, autoridades autonómicas, diplomáticos, embajadores, banqueros, empresarios, periodistas y personas destacadas de diferentes sociales –Ponce, Bisbal, el Juli, Gasol, Alejandro Sanz, José Mota-, que tuvieron todas ellas el privilegio de compartir un día histórico, el inicio del reinado de Felipe VI.

A los reyes se les veía emocionados, contentos, con una sonrisa permanente, aguantando a pie firme a pesar del cansancio. La escena más emotiva la habían vivido antes de que se iniciara la recepción, recién llegados al Palacio Real tras recorrer en coche descubierto el centro de Madrid y recibir el aplauso de las miles de personas que esperaban a la caravana y esperaban el beso en el balcón del Palacio Real. Hubo beso, con un gesto además de gran ternura, cuando doña Letizia acarició la mejilla de su marido.



Princesa de asturias

Esa escena emotiva previa a la recepción se produjo al encontrarse los Reyes con sus familias. D. Juan Carlos entró en el salón en silla de ruedas, pero se le veía contento, satisfecho, aliviado según alguno de los testigos. La familia real griega en pleno felicitó a los nuevos reyes, D. Felipe abrazó con gran cariño a sus primos a los que desde que se casaron ve con menos frecuencia.

Estaban también las infantas Pilar y Margarita con sus hijos y nietos, la familia Ortiz Rocasolano al completo incluida la nueva esposa de Jesús Ortiz, y durante una media hora larga se mantuvo el ambiente distendido propio de un encuentro de esas características: multitud de fotografías con los teléfonos móviles, selfies, bromas y buen humor un día tan especial y al mismo tiempo tan relevante para la Monarquía española.

La princesa de Asturias, Leonor, y su hermana la infanta Sofía fueron protagonistas especiales. Saludaron desde el balcón con los reyes y con sus abuelos, y estuvieron también en la nutrida reunión familiar; pero no se quedaron a la recepción posterior, la de los casi cuatro mil invitados. Recepción intensa, plagada de recuerdos y de nostalgia, pero también de satisfacción por la forma en que se había realizado el tránsito en la Corona. Comentarios unánimes de elogios a. Rey Juan Carlos y a la preparación y calidez humana del rey Felipe.

Los exministros socialistas hacían grupo para comentar los problemas de su partido pero, con esa excepción, de política se habló poco. Muy poco.

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