El último incidente, el "ciberataque" que sufrió ayer al menos una estación de alquiler, en cuyo 'tótem' de información se podía ver un vídeo obsceno en vez de información
De sorpresa e incredulidad. Ésa era la cara que ayer domingo se le quedaba a quien se acercaba a uno de los puntos de alquiler de bicicletas eléctricas recién estrenadas en Madrid, y que en vez de un mapa se encontró con un vídeo obsceno, lo que hizo a muchos pensar que eran víctimas de una cámara oculta.
Es el más llamativo, pero no el único fallo del nuevo servicio de alquiler de bicis, BiciMAD, que la alcaldesa, Ana Botella, presentó la pasada semana pedaleando en una de ellas por las calles del centro de la ciudad, paseo que no hacía presagiar los problemas que se iban a encontrar los usuarios a partir de ese mismo momento.
El propio Ayuntamiento y la empresa que gestiona el servicio, Bonopark, han admitido que desde el primer día hubo fallos, pero también "ataques" deliberados al sistema, que, en todo caso, no han puesto en riesgo los datos aportados por los usuarios -entre otros, los bancarios- al registrarse.
Ocho días después de la inauguración del servicio, y aunque ya hay 4.400 personas registradas, los usuarios siguen protestando en las redes sociales por la dificultad de conseguir una tarjeta que permita alquilar las bicis, y los mensajes que se suceden cuentan experiencias muy similares.
"Después de dos días de intentos y nueve estaciones recorridas... ¡por fin!", decía un mensaje que exhibía la fotografía de una tarjeta de usuario.
Igual que éste, otros se quejaban de lo mismo: "Ayer, tres estaciones distintas hasta que logré recoger mi tarjeta. A la vuelta, otras tres para coger una bici de regreso sin éxito"; "Finalmente, conseguí cargar saldo desde mi ordenador de casa. Cuando hoy he intentado usar una bici, no he podido".
También hay quien se plantea, debido a estas dificultades, devolver la tarjeta que con tanto esfuerzo se consigue, como admitía un joven de nacionalidad belga, que se quejaba de que en otras ciudades europeas el servicio funciona mejor.
Jaime Lissavetzky, portavoz socialista en el Ayuntamiento, es más tibio en las redes pero deja patente que "BiciMAD sigue sin funcionar con normalidad una semana después de su puesta en marcha", y otro usuario se pregunta: "¿Tan complicado era abrir un periodo de prueba?", a lo que se responde a sí mismo: "Las prisas de la foto".
Ninguno de los fallos es tan llamativo, no obstante, como el "ciberataque" que sufrió ayer al menos una estación de alquiler, en cuyo 'tótem' de información se podía ver un vídeo obsceno en vez de un mapa de los puntos de alquiler u otros datos sobre el servicio.
Gerardo paseaba a mediodía de ayer domingo por la plaza Mariano de Cavia, cuando se acercó a la estación de bicicletas para curiosear e interesarse por el funcionamiento.
Ver un vídeo obsceno -la imagen del tronco y los muslos de un hombre que mueve el pene arriba y abajo- era lo último que se imaginaba, y como él muchos otros viandantes que se acercaban a conocer el nuevo servicio, y que se alejaban no escandalizados, sino perplejos e incrédulos pensando, en muchos casos, que estaban siendo víctimas de algún programa de televisión de cámara oculta.
Un rato después Gerardo regresaba a su casa por el mismo recorrido, y comprobó que la imagen continuaba emitiéndose, algo que, al parecer, ya ocurría desde la noche anterior, según decía algún mensaje en la red social Twitter.
Las bromas se han sucedido en las redes desde entonces, y también las quejas: "Una semana sin poder recoger el abono y esto es lo que aparece en la pantalla", decía uno, que colgaba una foto explícita del vídeo.
Hoy el problema parecía solucionado. "Irte a la estación de BiciMAD a ver qué sale en la pantalla... hoy... un mapa... uf", decía, entre aliviado y jocoso, otro usuario de Twitter.
Con todo hay quien, problemas aparte, mira al futuro y ve Madrid a pedales. "Queda mucho por mejorar... pero pinta bien", afirmaba en la redes.
