La caída de los socialistas ourensanos se refleja en la pérdida de un diputado y más de un diez por ciento de sus votos

El PP sigue la ola nacional y vuelve en Ourense a sus números de 2004

El voto en Ourense
La provincia de Ourense fue ayer un fiel reflejo de la ola popular que ha llevado al líder del PP, Mariano Rajoy, a conseguir una mayoría absoluta en el Congreso y el Senado para los próximos cuatro años.
El porcentaje de voto, los propios sufragios y el número de diputados conseguidos por el PP ourensano, liderado por Manuel Baltar y con Celso Delgado como cabeza de lista, ha superado así el 'efecto Zapatero' que en 2008 provocó su fuerte caída. El PP consigue los tres escaños que ya obtuviera en 2004, con una cifra de votos en torno a los 115.000 (a falta de finalizar el escrutinio) y un porcentaje de votos cercano al 57%.

De hecho, la provincia de Ourense se consolidó anoche como uno de los más importantes graneros de votos populares, ocupando el primer lugar entre las gallegas y el séptimo entre las españolas que registraron un mayor porcentaje (sólo superada por Almería, Avila, Murcia, Salamanca, Toledo y Zamora).

En cuanto al resultado del PSOE, su retroceso con respecto a las elecciones de hace tres años le ha supuesto la pérdida del segundo diputado, que había consetuido arrancar entonces de las filas populares, lo que deja a Laura Seara como su única representante en el Congreso. A nivel provincial, la pérdida de votos es significativa, con un descenso de más de diez puntos porcentuales respecto a 2008 y una cifra en torno a 35.000 votos, pese a ser una de las provincias con menor caída socialista. Gran parte de esos votos desencantados con la política del gobierno Zapatero han ido a parar a formaciones como Esquerda Unida y otras minoritarias (los ecologistas de EQUO o UPyD), que han experimentado un destacable aumento con respecto a sus resultados de 2008, sin que pudieran alcanzar, eso sí, representación parlamentaria.

Quienes tampoco logran un escaño en el Congreso son los nacionalistas del BNG, que también perdieron apoyo con respecto a las anteriores elecciones generales, aunque no tanto como los socialistas, ya que sus votos apenas se redujeron un punto porcentual.

Como cuarta fuerza a nivel provincial quedó Esquerda Unida-Verdes, refugio para los desencantados socialistas y que multiplicó por tres sus votos de 2008, hasta llegar casi a los cinco mil.

Por último, destaca el aumento de participación, que pasó del 69 al 74% del electorado, evolución contraria a la de la media estatal.

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