La viuda de José Latiegui, asesinado en 1981, pide tal consideración ante el Defensor del Pueblo

El terrorismo de ETA, 'un crimen contra la humanidad'

Arantza Quiroga (dcha), presidenta del Parlamento Vasco en el 'Día de la Memoria'.  (Foto: DAVID AGUILAR)
La familia de José María Latiegui, cuyo asesinato en abril de 1981 fue considerado prescrito, pidió el amparo del Defensor del Pueblo para que los delitos de terrorismo sean juzgados como crímenes contra la humanidad, en aplicación del Convenio Europeo de Derechos Humanos.
En su escrito, la viuda de Latiegui, Ramona Garrido, denuncia que la Audiencia Nacional haya considerado prescrito un delito 'que no puede prescribir', porque se trata de un 'asesinato de lesa humanidad' realizado en un contexto de 'persecución' sistemática por parte de una organización terrorista. 'Tenemos derecho a que se aplique el Convenio Europeo de Derechos Humanos y que se haga justicia de verdad y se llame a las cosas por su nombre: lo que ETA ha hecho son crímenes contra la humanidad', reclama Garrido en una nota.

José María Latiegui, director de la empresa 'Moulinex', fue asesinado el 14 de abril de 1981 en Usurbil (Vizcaya) por los Comandos Autónomos Anticapitalistas, de la que formaba parte José Antonio Zurutuza Sarasola. Zurutuza acumulaba once causas pendientes en la Audiencia Nacional, pero sólo pudo ser juzgado y condenado a 46 años de cárcel por el asesinato en 1982 del delegado de Telefónica en San Sebastián Enrique Cuesta, y su escolta, Antonio Gómez. Durante el juicio contra Zurutuza celebrado en la Audiencia Nacional en febrero de 2010, la familia de Latiegui fue expulsada de la vista por el presidente de la Sala de lo Penal, Javier Gómez Bermúdez, por exhibir pancartas exigiendo que se celebre un juicio por su muerte.


MEDIACIÓN VÍCTIMAS PRESOS

Por su parte, la Dirección de Atención a las Víctimas del Terrorismo del Gobierno Vasco contactó con dos víctimas del atentado de Hipercor de Barcelona para proponerles la participación en un programa de mediación entre víctimas y presos de ETA. Se trata de Roberto Manrique y de Rafael Güell, dos víctimas del atentado de la banda el 19 de junio de 1987 en el centro comercial Hipercor de la avenida Meridiana de Barcelona, con quienes contactaron este verano, meses antes de que ETA decidiera anunciar el cese definitivo de la lucha armada .Manrique era carnicero en el supermercado y la mujer de Güell, Milagros, murió en el aparcamiento por la explosión de la bomba, y ninguno de los dos han aceptado iniciar este programa.

Manrique explicó cómo se reunió en un bar del centro de Barcelona con la directora de Atención a las Víctimas, Maixabel Lasa, y el asesor Txema Urkijo. Ellos le plantearon la posibilidad de reunirse con presos de la organización terrorista, aunque él no quiso participar porque está a la espera de que culmine otro proceso en paralelo: que uno de los autores de Hipercor le pida perdón. El día 4 de mayo recibió en su buzón una carta con el membrete de Lokarri dirigida a él de parte del etarra Rafael Caride Simón, miembro del comando Barcelona, condenado por su participación en el atentado de Hipercor. La carta contiene fragmentos como éste: 'Reconozco el daño y sufrimiento que causaron en personas como usted'.

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