Iñaki Urdangarín es el único miembro de la Familia Real investigado por un juez, lo que demuestra al menos que no cumplió la máxima que se aplicaba a la mujer del César: no sólo hay que ser honesto, sino también parecerlo.

El yerno que no supo actuar

Iñaki Urdangarín y su esposa, la infanta Cristina, durante los Juegos de Pekín en 2008.
Iñaki Urdangarín es el deportista olímpico que se casó con una infanta de España y, ahora el único miembro de la Familia Real investigado por un juez, lo que demuestra al menos que no cumplió la máxima que se aplicaba a la mujer del César: no sólo hay que ser honesto, sino también parecerlo.
El juez del caso Palma Arena decidió finalmente citar como imputado al duque de Palma en la investigación por presuntas irregularidades en el Instituto Nóos, que presidió hasta 2006. Según su abogado, el yerno del rey vivió un 'linchamiento moral' y una situación de indefensión desde que comenzaron a publicarse las primeras informaciones sobre su supuesta participación en la creación de un entramado societario para apoderarse de dinero público.

Desde que, en 1997, contrajo matrimonio con la Infanta Cristina, Urdangarín había ejercido brillantemente ante la opinión pública su condición de yerno ideal del rey: empresario, deportista, atractivo, educado, simpático, amante de los niños -de sus cuatro hijos y de todos sus sobrinos- y, además, católico. Pero su gestión al frente del Instituto Nóos -que fue en su día investigada por la Casa del Rey y, probablemente, motivó el traslado de los duques de Palma a Washington- fue el punto de inflexión de una relación con la Familia Real hasta ahora casi perfecta.

Los duques de Palma se conocieron en 1996, cuando la infanta Cristina fue a saludar a la selección española de balonmano en los Juegos Olímpicos de Atlanta, y se casaron un año más tarde en Barcelona. Allí -en el palacete de Pedralbes, cuya adquisición fue controvertida en su día- residieron hasta hace cinco años, cuando se trasladaron junto a sus cuatro hijos a Estados Unidos.

Urdangarín está a punto de cumplir 44 años -el próximo 15 de enero- y es de Zumárraga, en la provincia de Guipúzcoa, aunque creció en Barcelona. Es el penúltimo de los siete hijos que tuvieron Juan María Urdangarín Berriotxo, un ingeniero industrial vasco, y Clara Liebaert, de ascendencia belga, y estudió en los Jesuitas de Barcelona, un colegio en el que empezó a jugar al balonmano, y en los Marianistas de Vitoria, donde terminó el bachillerato. A los 18 años, comenzó a jugar en el Barcelona, donde desarrolló toda su actividad deportiva hasta el año 2000, en el que anunció su retirada.

Ahora, Iñaki Urdangarín, que se batió cientos de veces en una cancha en defensa de la portería de su equipo y de la Selección nacional, deberá emplear toda su energía en otra defensa bien distinta, la de su inocencia en las salas de Justicia y ante la opinión pública.

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