ENTREVISTA

Manuel Mandianes: “El carnaval moderno está tan controlado que ya no es lo mismo"

mandianes
photo_camera Manuel Mandianes Castro, con uno de sus libros.

Esta tarde, desde las ocho, en la Casa de Cultura de Xinzo de Limia (20.00 horas), expondrá sus bastos conocimientos sobre una celebración

Manuel Mandianes Castro es un conocido estudioso, entre otras muchas de sus inquietudes, del carnaval, no sólo ourensano, sino también mundial. En su relato fija ubicaciones de los más destacados del planeta (Río de Janeiro, Venecia), sin despreciar tampoco a algunos, como el de Basilea (Suiza), que considera uno de los "grandes desconocidos de Europa". Esta tarde, desde las ocho, en la Casa de Cultura de Xinzo de Limia (20.00 horas), expondrá sus bastos conocimientos sobre una celebración que, en contra de lo que cabría esperar, tiene mucha conexión con el más allá. Mañana será Verín la sede de su periplo carnavalesco, a la misma hora y en la Casa da Cultura. 

Cuéntenos cómo se fundamenta esa relación entre Entroido y muerte.
Nadie puede fijar con exactitud el origen del carnaval, ni tan siquiera los más entendidos en ello como lo son americanos, alemanes y franceses. Lo que sí aparece ya documentado en los principales textos de la cultura occidental es su similitud con los enterramientos. En los funerales existía la costumbre de echar harina sobre el cadáver, por la creencia de que todos los seres del más allá son blancos. Y, antropológicamente, la máscara siempre se ha relacionado como un símbolo de la gente que viene del otro mundo. 

Menuda paradoja. La gran mayoría de todos nosotros nunca llegaríamos a emparejar muerte y Entroido. 
Sí, es cierto, pero en lo esencial, no existe contradicción alguna. En los velatorios tradicionales, incluso en los que tenían lugar en la Galicia del interior, en los propios domicilios, se pasaba la noche con vino y aguardiente. Yo he vivido funerales con impresionantes banquetes, la conexión con la muerte también es evidente en esta línea.

Vaya, que los de Xinzo y Verín llevamos años en pugna por colgarnos la medalla del mejor carnaval, y en definitiva, las diferencias son pocas.
En efecto, son estrictamente exteriores, en lo más intrínseco de la fiesta casi podría afirmar que no hay ninguna. Pero no sólo en lo que a los Entroidos de este triángulo mágico se refiere, esta afirmación podría hacerla extensiva a los del resto del planeta. Bien es cierto que hay adaptaciones locales, y el carnaval siempre lleva un componente de la historia que evidentemente va mudando con los años, pero lo esencial, permanece.

¿Entonces, los carnavales modernos huyen un poco de esa conexión funeraria?
Huyen, porque en su día la Iglesia, y ahora el poder político los intentaron e intentan controlar. El poder político, aquello que no consigue suprimir, intenta controlarlo. Los carnavales modernos están muy estructurados, en días, en fechas concretas, cuando el carnaval es todo lo contrario, en esencia es la inversión total de todos los valores sociales. Un cortejo de carnaval controlado no es un carnaval. Son otro tipo de manifestaciones, pero no un carnaval.

Te puede interesar