El empresario vasco José Manuel González Lacunza, condenado por la Audiencia Provincial de Pontevedra a 49 años de prisión por matar a tiros a los primos arousanos Ricardo y José Angel Feijóo Abal, llamó déspota al magistrado Antonio Berengua, presidente de la Sección Cuarta que dictó la sentencia.
Este suceso ocurrió en el transcurso de una vista en la que solicitó su puesta en libertad argumentando que pidió la celebración de un nuevo juicio, previa revocación de la sentencia con la que aseguró estar en total desacuerdo.
Cuando Lacunza, que intervino por viedoconferencia, intentó valorar la sentencia, el presidente de la sala se lo impidió alegando que eso lo hará quien lo tiene que hacer, que es el Tribunal Supremo, a lo que Lacunza replicó: esperemos que la Justicia pueda entrar en esas actitudes tan despóticas que vienen de su parte.
Acto seguido el magistrado dio por concluida la sesión, que ahora queda pendiente de la decisión del tribunal que preside Berengua sobre la libertad al empresario vasco o la prórroga de la prisión provisional, tal como reclamó el fiscal jefe de la audiencia pontevedresa, Juan Carlos Aladro. En este sentido, argumentó que si se le deja en libertad, puede eludir la acción de la Justicia.
OTRO CONDENADO
Además de pronunciarse sobre la situación personal del empresario vasco, la Sección Segunda tendrá que resolver idéntica petición de libertad para el otro condenado por el asesinato de los Feijoo, el sicario francés Patrice Pierre Muñoz quien, que según él mismo reconoció, disparó contra los arousanos que primero fueron torturados y finalmente quemados en un viejo molino de Cambados (Pontevedra).
El móvil de este suceso, un ajuste de cuentas, se atribuye a una deuda de cuatro millones de euros relacionada con el narcotráfico, que se reclamaba a Ricardo Feijóo Abal. No obstante, también fue asesinado de Ricardo, José Angel, porque, en ese momento --3 de diciembre de 2005--, se encontraba con él.
El Tribunal fue más duro con Lacunza, condenado a 49 años de prisión mientras que a Muñoz le impuso una pena de 37 años de prisión, al estimar que actuó a las órdenes del empresario vasco y reconocer su implicación colaborando con la Justicia.
HECHO IRRELEVANTE
Por contra, aunque no quedó probado que José Manuel González Lacunza disparó contra las víctimas, los magistrados de la sección cuarta concluyeron que eso es irrelevante, porque el empresario vasco estaba presente cuando se produjo el asesinato y hizo nada por impedirlo'.
Por este suceso fue juzgado también el empresario coruñés José Manuel L., a quien fiscalía acusó de facilitar el vehículo utilizado en el crimen, si bien fue absuelto al considerar el Tribunal que no quedó probado que supiera de antemano el uso que se iba a dar a ese coche.
El fiscal, Juan Carlos Aladro, informó hoy de que en el plazo de 15 días presentará un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, al entender que aportó un bagaje probatorio que no se recogió en la sentencia, si bien admitió que no va a ser fácil, porque la sentencia está muy amarrada.
Cuando Lacunza, que intervino por viedoconferencia, intentó valorar la sentencia, el presidente de la sala se lo impidió alegando que eso lo hará quien lo tiene que hacer, que es el Tribunal Supremo, a lo que Lacunza replicó: esperemos que la Justicia pueda entrar en esas actitudes tan despóticas que vienen de su parte.
Acto seguido el magistrado dio por concluida la sesión, que ahora queda pendiente de la decisión del tribunal que preside Berengua sobre la libertad al empresario vasco o la prórroga de la prisión provisional, tal como reclamó el fiscal jefe de la audiencia pontevedresa, Juan Carlos Aladro. En este sentido, argumentó que si se le deja en libertad, puede eludir la acción de la Justicia.
OTRO CONDENADO
Además de pronunciarse sobre la situación personal del empresario vasco, la Sección Segunda tendrá que resolver idéntica petición de libertad para el otro condenado por el asesinato de los Feijoo, el sicario francés Patrice Pierre Muñoz quien, que según él mismo reconoció, disparó contra los arousanos que primero fueron torturados y finalmente quemados en un viejo molino de Cambados (Pontevedra).
El móvil de este suceso, un ajuste de cuentas, se atribuye a una deuda de cuatro millones de euros relacionada con el narcotráfico, que se reclamaba a Ricardo Feijóo Abal. No obstante, también fue asesinado de Ricardo, José Angel, porque, en ese momento --3 de diciembre de 2005--, se encontraba con él.
El Tribunal fue más duro con Lacunza, condenado a 49 años de prisión mientras que a Muñoz le impuso una pena de 37 años de prisión, al estimar que actuó a las órdenes del empresario vasco y reconocer su implicación colaborando con la Justicia.
HECHO IRRELEVANTE
Por contra, aunque no quedó probado que José Manuel González Lacunza disparó contra las víctimas, los magistrados de la sección cuarta concluyeron que eso es irrelevante, porque el empresario vasco estaba presente cuando se produjo el asesinato y hizo nada por impedirlo'.
Por este suceso fue juzgado también el empresario coruñés José Manuel L., a quien fiscalía acusó de facilitar el vehículo utilizado en el crimen, si bien fue absuelto al considerar el Tribunal que no quedó probado que supiera de antemano el uso que se iba a dar a ese coche.
El fiscal, Juan Carlos Aladro, informó hoy de que en el plazo de 15 días presentará un recurso de casación ante el Tribunal Supremo, al entender que aportó un bagaje probatorio que no se recogió en la sentencia, si bien admitió que no va a ser fácil, porque la sentencia está muy amarrada.
