Un Anxo Quintana optimista con el futuro se llevó los aplausos de despedida de los compromisarios

No hubo sorpresas

Anxo Quintana se despide de los participantes, a su espalda Iago Tabarés. (Foto: Vicente Pernía)
Las espadas se mantuvieron en alto, pero no llegó la sangre al río. Mucha concurrencia, mucho debate y mucha participación en la Asamblea Extraordinaria del BNG que convirtió a Guillerme Vázquez en portavoz nacional de la fuerza nacionalista, cargo en el que sucede a un Anxo Quintana que llegó y triunfó en cuanto a las muestras de cariño de los compromisarios. La crisis del BNG en la ciudad de As Burgas y el relevo de su líder Alexandre Sánchez Vidal planeó sobre la delegación ourensana.
Jornada intensa y tensa la que el BNG mantuvo ayer en Santiago. La asamblea extraordinaria para dilucidar el futuro de la organización y elegir al sucesor de Quintana ha tenido de todo. Con mucha concurrencia, mucho debate y participación, las espadas se mantuvieron en alto hasta el último momento.

Los 1.100 votos controlados por la UPG, mientras que los de Máis BNG frisaban los 900, que sumados a los más de 350 de Beiras y los más de 70 de Rafael Millás, indicaban que los upegallos no disponían de la mayoría suficiente como para garantizar el triunfo en las votaciones no sólo ya para controlar la dirección, sino incluso para que su candidato, el pontevedrés Guillerme Vázquez se hiciese en la Portavocía.

Las negociaciones en busca de pactos se sucedieron a lo largo de la jornada, pero sin resultados concretos. De hecho, desde el grupo que capitaneaba Carlos Aymerich, pasada la media tarde se insistía en que ellos iban a presentar lista, por lo que la solución quedaba en manos de la gente de Beiras y Millás, toda vez que estos no podían plantear candidatura propia al no haber alcanzado el 30 por ciento exigido por el reglamento.

Y si apretadas eran las cosas en las cuestiones orgánicas, en el vestíbulo del Palacio de Congresos y Exposiciones de Santiago el ambiente era sobrio, evidenciando que el horno nacionalista no está para bollos, después de la situación generada tras los malos resultados del pasado 1 de marzo.

Concesión sentimental


La única concesión sentimental fue para recibir a Anxo Quintana, en ese momento todavía Portavoz de la organización. Entró en el recinto flanqueado por su viejo amigo Xosé Antón Jardón y Patricia Villarino, la que fuera su jefa de Prensa en la Vicepresidencia de la Xunta.

Con voluntad, pero con evidentes síntomas de persona convaleciente, Quintana hizo sus primeras declaraciones desde que hace unas semanas se hubiese retirado de toda actividad pública para recibir tratamiento del problema de salud que le aqueja. Aprovechó para mostrar su confianza en el Bloque Nacionalista Galego y para defender la participación a través de delegados, una de sus aportaciones a la modernización del BNG.

También reivindicó la capacidad de esta fuerza política para defender mejor que las demás los intereses de los ciudadanos gallegos. Luego, del brazo del que fuera su número dos, Francisco Jorquera, y del número tres, Alberto Ansede, se incorporó al plenario, donde su entrada fue acogida con los compromisarios puestos en pie aplaudiendo de forma cálida durante minuto y medio. A los aplausos sucedieron gritos a coro de BNG, BNG, BNG. A partir de ahí siguieron las discusiones de las ponencias.

A buena parte de la delegación ourensana, además de los asuntos generales de los nacionalistas, les preocupaban sus propias cuitas. La crisis desatada en su grupo en el Concello de Ourense y la disposición de Sánchez Vidal (presente en la asamblea) de cesar en sus cargos estaba en todas las conversaciones.

Algunos están convencidos de que la solución y el cambio de rumbo están en marcha. Otros no lo tenían tan claro y todavía había algunos más que no ocultaban su indignación/decepción con el resultado que ha dado de sí hasta ahora la experiencia de gobierno en el Concello. De todas formas, los pesimistas eran minoría, pues los militantes del BNG no se dejan arredrar fácilmente por las circunstancias, por muy compleja que sea la situación, que lo es.

Pero todo eso era antes de que se conociese el resultado de quién iba a controlar la Ejecutiva de la formación frentista. Luego vino la lectura de los resultados de la composición del Consello Nacional que dio la mayoría a los de la UPG, pero con los quintanistas de Aymerich una distancia lo suficientemente corta como para que los primeros necesitasen de apoyos de los minoritarios (Beiras y otros. El viejo líder se quejó de que la normativa castigaba las aspiraciones de su opción).

Al final no hubo sorpresas y Guillerme Vázquez se impuso como nuevo líder, gracias a los votos de la gente de Beiras después de que éste hiciese una petición implícita de apoyo a la corriente mayoritaria del BNG. Sin embargo, los apretados resultados obligarán a los ganadores a administrar la victoria con prudencia, pues el grado de contestación así lo aconseja.

XOSÉ MANUEL BEIRAS


’Esta asamblea fue una prueba’


Para el ex líder nacionalista, esta asamblea del Bloque ‘es una prueba’ en la cual las filas nacionalistas deben ‘abordar una reflexión en serio sobre su situación y sus causas en el contexto concreto del propio país’ y ‘sentar las bases para un proceso de recuperación del propio proyecto estratégico, común y de las reglas de oro de la coexistencia’ dentro del BNG de corrientes tan dispares como un partido de raíz marxista-leninista como la UPG y uno de centro-derecha como el Partido Nacionalista Galego.

El histórico dirigente del nacionalismo gallego insistió en que ‘la articulación de distintas lecturas’ que ‘desde distintas variedades y posiciones ideológicas’ hacen las diversas fuerzas políticas que cohabitan en el Bloque debe respetar ‘el proyecto común’ y poner por encima de todo ‘lo que significa el pluralismo propiamente dicho’.



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