Ana Sandamil, condenada a prisión permanente revisable por el asesinato de su hija Desirée

Ana Sandamil (EFE/ Eliseo Trigo)
photo_camera Ana Sandamil (EFE/ Eliseo Trigo)
El tribunal la considera autora de un delito de asesinato, con la agravante de parentesco, y el atenuante analógico de alteración mental o psíquica, aunque de carácter leve.

La sección segunda de la Audiencia Provincial de Lugo ha condenado, de acuerdo con el veredicto del tribunal del jurado, a prisión permanente revisable a Ana Sandamil por el asesinato de su hija de siete años Desirée Leal, ocurrido en Muimenta (Lugo) el 3 de mayo de 2019.

En concreto, el tribunal la considera autora de un delito de asesinato, con la agravante de parentesco, y el atenuante analógico de alteración mental o psíquica, aunque de carácter leve.

Sobre la gravedad de los hechos, la sentencia tiene en cuenta que el ataque se produjo cuando la niña "se encontraba durmiendo a solas con su madre en su habitación y probablemente adormilada por la trazodona que le suministró", según se encontró en la autopsia, y considera que la menor no tuvo posibilidad alguna de defensa, dada la "absoluta desproporción entre las posibilidades de agresión o ataque a la niña y su agresora".

Así, la magistrada hace hincapié en que el ataque se produjo "durmiendo" y que el instinto llevó a la menor a intentar defenderse, "pero no había posibilidad alguna de éxito en ese intento, ante ese ataque violento y sorpresivo de su propia madre, decidida a acabar con su vida".

Hechos acreditados

El jurado, con su veredicto de culpabilidad, consideró acreditado que la acusada, quien dormía en la misma cama que su hija la noche de los echos, con la finalidad de acabar con su vida, suministró a Desirée un fármaco con efectos sedantes y, a continuación, "la asfixió con sus propias manos, ejerciendo presión en su cuello y obstruyendo también sus vías respiratorias, boca y nariz, para lo cual pudo emplear, además de sus manos, alguno de los objetos que había en la habitación", como un cojín.

Posteriormente, recoge la sentencia, "la condenada acudió al dormitorio de su madre, le comunicó que había muerto e ingirió unas pastillas sabiendo que no le provocarían la muerte", segundo se indica en la resolución.

Uno de los puntos relevantes de este caso era determinar si, como argumentaba la defensa de Ana Sandamil, no era consciente de los hechos cuando se produjeron por un supuesto trastorno psicótico.

Sobre esta cuestión, el jurado, basándose en los informes de la pericial de psicología y de psiquiatría, estimó que no existe una relación directa entre el trastorno que sufre la acusada, incluso en su aspecto de posibles delirios, y la acción de dar muerte a su hija, "más allá del estrés que en ella generaba la relación de las dos con el padre" de la menor.

En el momento matar a Desirée, según el jurado, Ana Sandamil "tenía afectadas sus capacidades cognitiva y volitiva, de forma significativa o relevante, pero sólo de forma parcial y no importante, especialmente la volitiva". Además, considera que se produjo una "simulación/exageración de la psicopatología por parte de la acusada, sobre todo en cuanto a las alteraciones de memoria".

La sospechosa, según la resolución, era conocedora de la intención del padre de la menor, con quien mantuvo una relación sentimental durante cuatro años, de modificar el acuerdo de custodia, ampliando el régimen de visitas o reformando la guardia y custodia para que fuera compartida, con el fin de pasar más tiempo con la niña. "Esa fue la principal razón de que diera muerte a su hija", consideró el tribunal.

Para ello, días antes de los hechos, la condenada indagó en Internet sobre los medios con los cuales podía acabar con la vida de su hija y realizó una búsqueda de un veneno llamado estricnina.

Trastorno de personalidad 

De acuerdo con las conclusiones del tribunal del jurado, la condenada está diagnosticada de un trastorno psicótico no especificado y de un trastorno de la personalidad de tipo mixto, que, en el momento de los hechos, "afectaba parcialmente a sus facultades mentales y no de forma importante y, por tanto, a su capacidad para comprender la ilicitud del hecho" o "a su capacidad de autocontrol".

Sobre esta cuestión, la magistrada presidenta considera que las explicaciones de la condenada y su confrontación con las demás pruebas "ni siquiera en lo que se refiere a su supuesta falta de capacidad, permitirían sostener la existencia de una duda razonable a su favor".

También afirma el fallo que, en el juicio, la mujer insistió en la falta de recuerdos sobre los hechos, pero que esta amnesia "fue puesta en entredicho por la prueba pericial" y se apreciaba "selectiva" para la noche de los hechos.

"Nunca se hará justicia"

El padre de la pequeña Desirée, José Manuel Leal, reconoció que, a sus ojos, a pesar de que Ana Sandamil ha sido condenada a prisión permanente revisable por Audiencia Provincial de Lugo por asesinar a la hija de ambos en Muimenta, en el año 2019, “nunca se hará justicia”, porque la niña “está en una caja en el cementerio”.

En declaraciones a EFE, José Manuel Leal, afirmó que, “dentro de lo que cabe”, esta condena supone un cierto alivio, porque al menos la asesina de su hija “va a cumplir la máxima pena establecida en este país, porque ha sido condenada a prisión permanente revisable”.

“No es nada. Nunca se hará justicia”, dijo en todo caso. Porque “mi niña está en una caja en el cementerio”, añadió.

“Una niña llena de alegría, una niña llena de amor, incluso hacia su propia madre, que le arrebató la vida de forma tan brutal”, lamentó el padre entre sollozos.

Al menos, aseguró, le queda el consuelo de haber hecho cuando estuvo en su mano para que la asesina de su hija no vuelva a salir de la cárcel.

Satisfacción

 La Fundación Amigos de Galicia, que ejerció la acusación popular durante el juicio contra Ana Sandamil por el asesinato de su hija Desirée Leal, en 2019, cuando la niña tenía solo siete años de edad, se muestra “satisfecha” por la sentencia de la Audiencia Provincial de Lugo que la condena a prisión permanente revisable.

Tras conocer la sentencia, la entidad manifestó su satisfacción “porque se ha hecho justicia" y se ha aceptado su tesis, ya que su representante legal, el letrado Francisco José Lago, defendió en el juicio que la madre era consciente de sus actos cuando asfixió a la pequeña, después de drogarla con un medicamento para el insomnio.

Asimismo, esta entidad insiste en que “la acusada y la familia de la misma dirigieron todas sus acciones para su defensa”, pero se echó de menos en el juicio que pidiesen perdón “al menos por lo ocurrido a la pequeña”.

“Al fin y al cabo es la mayor perjudicada y la única que no puede defenderse por la pena eterna a la que su madre la condenó”, lamenta la Fundación Amigos de Galicia.

La entidad ha querido remarcar, en relación con su actuación, que es labor suya y de la sociedad implicarse “en la defensa de la infancia para que casos como estos no sigan ocurriendo”.

“Este es el único motivo que nos mueve para estar en esta y otras tantas causas donde los derechos de la infancia se ven desprotegidos”, añadió.

“Desde la entidad queremos destacar además el impecable e implicado trabajo de nuestro equipo jurídico, encabezado por el abogado y profesor Francisco José Lago Calvo”, señala.

“La sociedad debe estar alerta ante los muchos casos de violencia infantil. No podemos permanecer indiferentes ante esta pandemia”, concluye. 

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