Las autoridades camboyanas impidieron a una ONG liderada por la actriz estadounidense, Mia Farrow, encender una antorcha olímpica ante el centro de torturas del Jemer Rojo en Tuol Sleng, donde murieron más de 14.000 personas.
Según fuentes policiales, las fuerzas de seguridad se vieron obligadas a montar una barricada y cortaron todas las calles alrededor del recinto, y los activistas forcejearon con los agentes que no les dejaban entrar, pero no hubo heridos.
Farrow y su organización pretendían denunciar el apoyo de China, -un fiel aliado de Camboya, y que este año acoge los Juegos Olímpicos de Pekín-, al régimen de Sudán, al que la comunidad internacional acusa de graves violaciones en el conflicto de Darfur, que ha dejado cerca de 200.000 muertos por la guerra, enfermedades y hambruna.
El objetivo de la campaña, hasta ahora llevada a cabo con éxito en cinco países que han sufrido un genocidio, es presionar a Pekín para que retire su respaldo a Jartum.
Sin embargo, el Gobierno camboyano, cuyo mayor socio comercial también es China, calificó la protesta de 'política' e indicó que si el grupo hubiera querido denunciar el bombardeo clandestino de Camboya por parte de Estados Unidos durante los años 70, tampoco lo hubieran autorizado.
Farrow, de 62 años, es una importante activista a favor de los Derechos Humanos y ha tomado parte en muchas protestas similares por todo el mundo.
Casi dos millones de camboyanos perdieron la vida a causa de la hambruna, las enfermedades y en el transcurso de la purgas ordenadas por la cúpula del Jemer Rojo, que gobernó Camboya desde mediados de 1975 a principios de 1979.
Durante esos años, más de 14.000 personas murieron en el centro de torturas de Tuol Sleng, conocido en aquella época como S-21, que ahora acoge un museo del genocidio en Phnom Penh.
