Nicolas y Carla buscan piso

La pareja en una tierna imagen.
El presidente francés Nicolas Sarkozy y su mujer Carla Bruni están planeando comprar la casa de Yves Saint Laurent. La pareja quiere reformar la antigua casa del famoso diseñador de moda para transformarla en un multimillonario 'nidito de amor'.
El matrimonio ha estado buscando piso por París y le ha llamado la atención un grandioso apartamento, de dos pisos y con jardín, que pertenecía a su amigo el legendario Yves Saint Laurent, que falleció el pasado junio. En el mismo edificio en el que durante mucho tiempo ha poseído un piso el líder de los Rolling Stone, Mick Jagger. Curiosamente, la primera dama y también cantante fue novia de Jagger en 1992, por lo que es más que probable que Bruni se cruce con el que fuera su ex novio en el ascensor del edificio, situado en la '55 Rue de Babylone'. Hoy en día, la modelo italiana y Jagger son amigos y a él se le ha llegado a ver en algún concierto de Bruni.

Sarkozy y Bruni visitaron el 'nidito multimillonario' la semana pasada según los residentes de la zona, informa el diario 'Telegraph'. La casa forma parte de la colección de arte del diseñador y se había puesto en venta en febrero por una cantidad que ascendía a 335 millones de libras (373,4 millones de euros). La pareja busca una nueva casa donde vivir porque hasta ahora, Sarkozy vivía en la casa de alquiler de su mujer, en 'Villa Montmorency', en una calle privada y extremadamente cara del distrito 16 de la capital gala, y ésta ya no era de su agrado, seguramente porque era el mismo hogar que Bruni compartió con su anterior pareja, Raphael Enthoven.

Sarkozy se fue a vivir allí nada más casarse con la actual primera dama hace ya 15 meses, pero la presencia del presidente de la República como residente de la zona no ha gustado a los vecinos del 'guetto multimillonario', que se han quejado del personal de seguridad que rodea las 24 horas del día a la pareja.

Según el 'Telegraph' podría ser también una mudanza políticamente peligrosa para Sarkozy, en un momento en el que el presidente francés está intentando limpiar su reputación de 'amigo de los ricos'. Sin embargo, esta nueva residencia es más que adecuada para el presidente, situada en una calle abierta al público en el distrito 7 de París, cerca del Parlamento, y a la que se puede llegar desde el Elíseo cruzando el Sena.

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