Bentley, que nos tenía acostumbrados al folk más clásico de las islas británicas, nos lleva ahora por caminos psicodélicos en "Solar System", para hacernos bailar o alucinar con un disco que marca un punto de inflexión
La fragilidad, la calma y la dulzura siempre han sido adjetivos que la gente ha usado para definir la música de Alondra Bentley. Su voz de ave primaveral, su ADN británico –como una Mary Poppins del siglo XXI–, su relación, en sus inicios, con el folk al más puro estilo de las islas, guitarra acústica en mano y sus famosos conciertos infantiles han convertido a la artista en la nuera que toda madre querría tener. Y en la banda sonora perfecta de largos y apacibles viajes en familia.
Todo esto le ha valido el respeto y cariño del público. Pero también la distinción de ser una de las voces folk más importantes del panorama nacional.
Alondra hace ya un par de años que inició un viaje hacia otros paisajes sonoros, una especie de migración musical forzada por su evolución continua y por la necesidad artística de no sentirse encasillada en una era donde todo parece tener un hashtag.
Ella, que tantas veces nos ha hecho sentarnos delante de una taza de té para disfrutar de sus cálidas y hermosas melodías, ahora nos invita a levantarnos del butacón, nos desafía con sintetizadores y guitarras eléctricas y nos lleva por caminos psicodélicos, como si a esa infusión que nos acabamos de hacer le añadiese unas gotas de ácido musical
Su nuevo trabajo, “Solar System”, es una declaración de intenciones con todas las letras. En su interior, hay una nueva Alondra Bentley que ha llegado para quedarse, hacernos bailar o alucinar con la producción de un disco que, sin duda, es un antes y un después en su carrera.
Escudada por la banda que la acompaña desde hace unos años, el directo de Bentley y compañía suena enérgico y misterioso. Su preciosa voz, utilizada como un instrumento más, nos sirve de catalizador de un nuevo momento.
Cercana al mundo de esa Kate Bush que ella tanto admira, este nuevo álbum pide paso tirando abajo las puertas de los prejuicios a cada canción, a cada nota. ¿Estamos delante de una nueva Alondra Bentley? Seguramente, pero uno que conoce su carrera desde los inicios tiene la sensación de que esta Alondra siempre ha estado ahí, esperando el momento de emprender el viaje, buscando a los compañeros ideales para formar la bandada con la que confeccionar la hoja de ruta perfecta.
