EL REPORTAJE

El "gol" pendiente del Sala Ourense es construir una pirámide progresiva

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photo_camera Varios jugadores del Sala Ourense de categorías de base, con sus entrenadores en la grada de Os Remedios. (MIGUEL ÁNGEL)

La entidad, que cuenta ya con juveniles, cadetes e infantiles en la base, vertebrará su futuro con equipos benjamines y biberones

Todo pasado fue mejor. Tanto en el fútbol, como en el baloncesto y también en el fútbol sala. Las entidades se adaptan a los tiempos y en esa versión camaleónica se encuentra el Sala Ourense. Nació en 2014 con la firme intención de abrir una puerta a los futbolistas ourensanos, no de césped, si no de parqué. Lo ha logrado. Pero quiere más. La estela de "Los Leonciños" queda lejos de alcanzar por sus logros profesionales, pero a nivel de cantera, la entidad presume de una coordinación donde lo más importante, sin ápice de duda, es "formar a futbolistas y seguir creciendo".

El germen del actual referente de la ciudad se gestó en un gimnasio. Víctor Sousa toma la palabra: "Primero fuimos la sección de fútbol sala del Barbadás, en la temporada 2013-2014, y desde entonces ya el actual Sala Ourense". 

Desde el inicio tenían claro que necesitaban manos para crecer. Las buscaron y petaron en muchas puertas. Les ayudaron y las colaboraciones y convenios son una de las políticas pragmáticas de un club que se define en tres palabras: "Ilusión, pasión y ambición". 

La entidad cuenta con tres equipos sénior. Uno en Segunda B, otro en Preferente, el filial, y el último en la liga local. De la coordinación y la logística de este trío se encarga Víctor Sousa. Del juvenil, de los dos cadetes y de los infantiles, el "jefe" es Darío Vázquez. 

Tras el convenio con el Barbadás para dar impulso al proyecto, firmaron otro con el Coles para tener un equipo juvenil. Actualmente, mantiene una vía de cooperación con la ED Ourense (el filial de Preferente Sur y el equipo juvenil de Liga Gallega también llevan su nombre) de donde surgen muchos jugadores. La semilla se convirtió en planta y ahora quieren ser árbol. "Queremos más. Sabemos que conlleva más trabajo y más recursos, pero queremos llegar hasta los biberones. Por un motivo evidente, queremos futuro. Y eso, se consigue formando a jugadores de fútbol sala desde la cantera, no repescando cada poco".

Víctor Sousa: "Queremos más equipos de base. Sabemos que conlleva más trabajo y recursos, pero deseamos que el sala ourense tenga un proyecto de futuro"

La faceta deportiva es importante, pero hay un problema logístico de base. El Sala Ourense reclama infraestructuras, aunque no pide "una ciudad deportiva". Víctor Sousa arguye que "en agosto no podemos darle a los padres de los chavales el horario para que organicen las actividades extraescolares y eso es un problema para todos ellos, pero también para nosotros". 

Tienen que cargar la mochila de los enseres deportivos de "aquí para allá". A Farixa, la pista de la Comisaría, Salesianos o Maristas son sus segundas casas. La solución son entrenamientos conjuntos de los grupos de edad. Un remedio que esperan que sea "temporal". Para crecer, son necesarios dos ingredientes. El primero, ilusión, y eso lo desbordan. El segundo, recursos. Por su tiempo no va a ser, por infraestructuras, quién sabe.

El márketing también importa. El nombre se identifica con la ciudad y eso es innegable. La directiva del equipo explica que "ahora todo el mundo identifica al club y a su estructura. El equipo de Segunda B lo está haciendo bien y el trabajo de cantera provoca que cada vez tengamos más estabilidad". 

Víctor Sousa reconoce que "no solo tenemos jugadores de la ciudad, si no que la provincia es muy grande y hay jóvenes jugadores que no encuentran equipo. Aquí estamos nosotros". Se trata de un mensaje simbólico de su pretensión de crecer. El club lo tienen claro e irá a por ello. Solamente el dónde puede ralentizarlo.

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