BOXEO

Míguez, familia y apellido de kick boxing

photo_camera Manu Míguez posa en su gimnasio con la bandera gallega y unos guantes de boxeo.

Manuel Míguez tiene un lugar privilegiado en la historia pugilística con títulos europeos, nacionales y un cinturón internacional

Resiste el catarro que sufre de la misma forma que aguantaba los golpes sobre el ring, con fuerza. Manuel Míguez (5/8/1965) recuerda desde el sofá de su casa su historia, como el boxeo formó parte de su vida.
Siete veces campeón de Europa, un título intercontinental y campeonatos nacionales avalan la carrera del púgil con sangre ourensana. Nació en Alemania, pero siempre se sintió ourensano. 

Desde sus inicios con Abelardo Pérez "El Chino" y Carlos Conde supo adquirir conocimientos básicos para desarrollar su boxeo. Después del Gimnsio Smash, recuerda aquella carretera en la que tuvo más de un susto. Tose y continúa: "Vivía en Ourense e iba a Monforte a trabajar en un gimnasio. Tuvo muchos sustos. Te juro que si caía ahí al río no se daba cuenta nadie de que habías tenido un accidente. Además, si tenías un coche grande no pasaban dos turismos. Era inhumano". Habla de otros tiempos. De una época en la que el boxeo estaba arraigado en la sociedad. 

20171204121257164_resultAniversario especial

En 1992, había ganado el campeonato de España de 74 kilos. Fue en su ciudad y contra el actual campeón de origen gaditano. Un año en el que nació su hijo Manu Míguez Jr. y en el que subió la persiana del Gimnasio Olimpos. 

"Han pasado ya 25 años desde que abrí el gimnasio ¡Cuánto tiempo!", exclama añorando el pasado. El presente del Olimpos es su hijo: "Se está esforzando mucho, sobre todo en dar el peso correcto. Porque cuando empezó él, era un niño y ahora ya creció y tiene cuerpo de hombre. Pesa más. Es normal. Pero está cumpliendo bien". Entre palabras denota el inconformismo que quiere transmitirle a su hijo y el tono de voz, el orgullo con el que mira a su pupilo. 

También quiere analizar el boxeo actual. Es una voz autorizada. "Está en un gran momento en el que hay veladas casi todas las semanas. Aquí en Galicia, sobre todo. Pero por ejemplo en Bilbao, la semana pasada metieron 12.000, así que mira". 

Antes de colgar el teléfono, describe el punto y final a su carrera: "Fue en 2003. Un coche me rompió los ligamentos cruzados de la pierna izquierda. Tuve que dejarlo". Un desenlace aciago para el único español que derrotó a Poli Díaz. 

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