¡Qué aburrimiento! Otra vez las elecciones a la Federación Galega de Automovilismo a la vista y como no, comienza el sanedrín de idas y venidas en forma de inhabilitación. Iván Corral y su grupo directivo vuelve a planear lo mismo que hace tres años, de la misma forma, aunque con rivales diferentes.
Reconozco que me da mucha pereza todo, no por Troitiño y García, los dos aspirantes (por ahora) a "derrocar" al perenne líder del automovilismo gallego, sino por esos constantes fantasmas y pelea en forma de "guerra fría" que abre Corral cuando ve su presidencia en juego.
Porque esto no es nuevo y antes de Troitiño se unieron a la lista de inhabilitados otros nombres como Castrillón o Rumbo. Y cuanto más lo pienso, más pereza me da porque de lo que no se da cuenta el presidente de la FGA, es que él mismo es su enemigo. Sus movimientos, hacia un lado u otro, no ayudan a darle seriedad a una situación ya caótica de por sí, incluyendo ahora los integrantes de ese Tribunal que impone sanciones como el que va al estanco a por tabaco.
Un tribunal de dudosa independencia y de más cuestionable capacidad de decisión, tal y como se lee en las declaraciones recogidas en el comunicado del principal perjudicado en esta ocasión, "RenovaFGA" en el que habla de yernos, miembros de la directiva e incluso del equipo legal del presidente. De traca.
Lo peor de todo es que ahora hablaremos durante días, a medio camino entre el chascarrillo y la vergüenza, de un intercambio de acusaciones, recursos y discusiones varias, que no hacen más que poner de manifiesto que lo que menos importa es el deporte en sí, cuando el éxodo de licencias a otras comunidades es evidente, que los pilotos de cabeza toman rumbo al nacional y que incluso los que ganan premios renuncian a ellos.
Eso sí, haremos una oda al Rallymix para despiporre de toda Galicia y media España (no por lo que dice, que hasta podría tener razón, sino por cómo lo dice), intentando justificar sabe dios qué para júbilo de cuatro. Y sí, esta modalidad está creciendo en Galicia, pero más por el importante esfuerzo que realizan las organizaciones y los equipos, que por la gestión de una FGA que insiste en mantenerse en el siglo pasado.
Ahora, a menos de un año para las elecciones, solo hay alguien contento, los de Correos, que saben que al precio que anda el burofax van a ganar bastante dinero. Bromas aparte, mucha pereza de situación.
Qué pena.
