Surrealismo en el Rally de Montecarlo: vuelcan y los gendarmes no dejan que les ayuden

Los gendarmes no permitieron a los aficionados ayudar a los equipos que tuvieron problemas durante la carrera a pesar de la ausencia de peligro

La actitud de los servicios de seguridad y la organización en el Rally de Montecarlo de 2023 tocaron fondo este fin de semana en el debut del Campeonato del Mundo. Con la excusa de evitar que los aficionados estuviesen en peligro hicieron la vida imposible a prácticamente todos aquellos que se desplazaron hasta las carreteras por las que discurría la prueba, con escenas que si bien ya se habían visto en ediciones anteriores (los cortes de carretera son una auténtica locura) en esta se descontrolaron por completo.

El trabajo de los gendarmes, casi siempre inflexibles durante la disputa de la prueba monegasca (realmente es francesa) llegó a su límite más ridículo cuando el equipo formado por Baudouin Baugé y Nicolas Blanc volcaron en una horquilla lenta, quedándose "ruedas para arriba". Esta situación, que en cualquier prueba se resolvería en menos de un minuto con la ayuda de los aficionados, se transformó en una película cómica de los años 80, con varios agentes alrededor del vehículo, el equipo intentando poner el coche en su lugar apoyándose contra la ladera de la montaña y decenas de seguidores impotentes abucheando para poder ayudar.

Finalmente, ante las desesperadas llamadas de ayuda de Baugé y Blanc, un grupo de seguidores se descolgaron por la ladera y les ayudaron a volver a una competición, que a pesar de todo y de hacer superrally terminaron en la posición 51 de la general.

Esta situación, lejos de ser la única, tuvo continuidad en otros momentos de la prueba y otros participantes, para indignación de los aficionados que una vez más "pagaron el pato" de un certamen que parece verlos como a enemigos que no son bienvenidos en las cunetas de cada carrera.

Las imágenes hablan por sí solas.

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