El alcalde asegura que las empresas sólo cortarán árboles en el suelo expropiado para abrir la línea

Una comisión vigilará las talas por las obras del AVE en Laza

Los participantes en la protesta del pasado día 9 exhibiendo pancartas contra la tala. (Foto: MIGUEL ÁNGEL)
Las talas indiscriminadas de castaños, 'carballos', 'vidueiros' y 'salgueiros' centenarios en los alrededores de la localidad de Cerdedelo (Laza) por parte de las empresas que construyen la línea del tren de alta velocidad (AVE) , serán controladas por una comisión municipal.
Catorce días después de que la Sociedad Galega de Historial Natural solicitara la 'paralización cautelar inmediata' de los trabajos y unas 60 personas que veraneaban en el municipio se manifestarán contra lo que consideraban una devastación del bosque, el alcalde de Laza, Xosé Ramón Barreal, aseguró que los trabajadores solamente cortarán los árboles que son 'estrictamente necesarios', talando de forma ordenada, haciendo el menor daño medioambiental posible.

El regidor promovió una comisión en la que están, además de técnicos de la entidad local, representantes de la empresa Administradora de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), Sociedad Galega de Historia Natural y técnicos de empresas forestales que contrataron los comuneros de diferentes localidades afectadas por el proyecto, para defender los árboles que están en plena producción en propiedades que no han sido expropiadas.

Los miembros de la comisión se reúnen prácticamente todas las semanas con los dirigentes de las constructoras y, según Barreal, ya 'logramos que se cambiara el acceso contemplado en el proyecto hacia uno de los túneles, por otro trazado que tiene menos impacto ambiental', explicó el regidor.


VEINTICINCO HECTÁREAS

La comisión también está intentando salvar 25 hectáreas de castaños, que aún no fueron talados. Estos árboles están afectados por el proyecto y en la última reunión, tenida la semana pasada, se debatió un plan alternativo, que sólo afectaría a seis de las 25 hectáreas. Las constructoras aceptaron la idea, pero la remitieron al Ministerio de Fomento para su estudio y aprobación.

En la Sociedad Galega de Historia Natural reconocían ayer que las empresas parece que muestran otro talante hacia el medioambiente dentro del daño ya provocado, pero aseguran que 'no se fían' y están en alerta para denunciar cualquier irregularidad.

Sin embargo, la portavoz vecinal, una de las promotoras de la protesta contra la tala de árboles, Begoña Gómez, lamenta el daño que se le está haciendo al bosque del municipio, que goza de la catalogación de lugar de interés comunitario (LIC), al ser el naciente del río Támega. 'Lo que están haciendo es un horror, una devastación', apuntó la portavoz, recalcando que las talas afectan incluso a castaños milenarios.

Los técnicos de las empresas forestales contratadas por los vecinos de Cerdedelo, Trez y Camba para gestionar sus intereses declinaron ayer hablar abiertamente de la situación, mientras el alcalde, Xosé Ramón Barreal, recordaba que una vez finalizadas las obras de construcción de la línea de alta velocidad 'hay un proyecto de reforestación de todo el terreno afectado'.

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