PLAN URBANÍSTICO

Cultura insta a adecentar las casas del castillo de Monterrei

photo_camera Parte de los inmuebles están cubiertos, como se aprecia en la imagen, de abundante maleza. (A.R.)

Los dueños deben cortar la maleza que cubre parte de los inmuebles y manterlos en buen estado.

Los dueños de fincas y viviendas entre las murallas del castillo de Monterrei tendrán que mantenerlas limpias de maleza y si es posible rehabilitarlas. Al menos, así se lo acaba de dar a conocer la Consellería de Cultura mediante un escrito, en el que recuerda las obras de rehabilitación que se están llevando a cabo en la fortaleza medieval.

La mayoría de las propiedades, incluidas las que fueron antiguas viviendas, están en estado ruinoso, cubiertas de maleza. En caso de que los propietarios se nieguen a desbrozar la maleza y mantener en buen estado la estructura de las construcciones, según recoge la comunicación, será el propio departamento autonómico el que ejecute los trabajos para después cargarle la factura.

La medida también afecta a las propiedades que son titularidad del Ejercito de Tierra, Iglesia e incluso de la Diputación, que tiene un finca entre la fortaleza y la Atalaya.

Los trabajos deben ser ejecutados en lo que resta de año y están recogidos en un plan urbanístico de la zona, elaborado por el estudio de arquitectura de Juan Carlos Cabanales, que incluyó la localización e identificación de cada uno de los dueños de los inmuebles. Este proyecto sirvió para señalizar postes del tendido telefónico y eléctrico, que serán enterrados.

El alcalde de Monterrei, José Luis Suárez Conde, se mostró satisfecho con la iniciativa, recordando que todos los veranos mantenía una brigada municipal en el entorno de la fortaleza exclusivamente para desbrozar la maleza "e así ter un pouco adecentando todo o conxunto. O mantemento de todo o recinto amurallado resultábanos costoso", recalcó el regidor.

Numerosas visitas

La obra de rehabilitación que está llevando a cabo la Secretaría Xeral de Turismo mantenía ayer el castillo cerrado, incluida la iglesia, que hasta la semana pasada estuvo abierta al público. El cierre de la fortaleza provocó quejas entre los numerosos visitantes que, cámara de fotos en mano, se disponían a visitar el conjunto medieval. Todos ellos coincidían en reprochar la falta de una señal advirtiendo de esta situación.

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