MONTERREI

Dos técnicos vigilan el río para impedir los vertidos

photo_camera El cauce del río Támega a su paso por el barrio de San Lázaro en Verín.

La Hidrográdica hará controles diarios mientras duren las obras del AVE

La Confederación Hidrográfica del Duero estableció un servicio de vigilancia permanente en el cauce del río Támega para detectar vertidos tóxicos que puedan afectar a la vida acuática. El servicio lo integran dos agentes fluviales y estará operativo mientras duren las obras de apertura de la línea del tren de alta velocidad (AVE) en los municipio de Laza y Castrelo.

Así se lo dio a conocer el organismo de cuenca al Concello de Castrelo do Val, en respuesta a varias reclamaciones que presentó el grupo de gobierno ante los vertidos registrados el pasado verano, el último el 15 de septiembre, que tiñó de blanco parte del cauce. "Este tipo de contaminación non se pode consentir porque hai poboacións que se abastecen de auga do río", apuntó el alcalde, Vicente Gómez.

La Hidrográfica del Duero y los agentes del Servicio de Protección a la Naturaleza (Seprona) aún no identificaron a los autores de los vertidos, pero sospechan que proceden de las obras del AVE. De hecho, los agentes centran las pesquisas en torno a las aguas subterráneas que tienen acumuladas las empresas, procedentes de la perforación de los túneles.

Los agentes fluviales establecieron su puesto de vigilancia donde nace el río, en Laza, y realizan controles a diario del agua para determinar su calidad, que no contiene materiales pesados.

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