Cerca de un millar de bomberos y otros trabajadores combaten hoy siete fuegos importantes en el centro-norte de Portugal, donde las autoridades lusas han declarado la alerta de riesgo máximo de incendios en veinte consejos.
El más complicado mantenía un frente activo en la localidad de Feitalinho (Viseu) y concentraba a las 08.00 GMT a cerca de 400 bomberos y un centenar de vehículos.
En el distrito de Vila Real, uno de los más castigados en las últimas semanas, la peor situación se daba en Sao Pedro de Veiga de Lila, donde dos frentes seguían activos y eran combatidos por más de 200 bomberos.
El incendio de la sierra de Caramulo, en cuyas labores de extinción murió el jueves pasado una bombera, fue dominado tras cinco días en activo y después de haberse reactivado en dos ocasiones.
Portugal sufre este agosto una oleada de fuegos que se intensificó en la última semana con varios centenares de incendios declarados por día y miles de hectáreas calcinadas de masa forestal.
Algunas de las áreas calcinadas afectaron a santuarios ecológicos como el Parque Natural de Sierra de Estrela, la mayor área protegida del país.
También la intensidad de las llamas obligó a evacuar en las proximidades a unas 250 personas de un campamento y un hotel en el municipio de Covilha.
Las autoridades portuguesas reforzaron la semana pasada los medios para el combate de los fuegos y solicitaron la ayuda de España y Francia, que enviaron varios aviones para auxiliar en las tareas de extinción.
En el distrito de Vila Real, uno de los más castigados en las últimas semanas, la peor situación se daba en Sao Pedro de Veiga de Lila, donde dos frentes seguían activos y eran combatidos por más de 200 bomberos.
El incendio de la sierra de Caramulo, en cuyas labores de extinción murió el jueves pasado una bombera, fue dominado tras cinco días en activo y después de haberse reactivado en dos ocasiones.
Portugal sufre este agosto una oleada de fuegos que se intensificó en la última semana con varios centenares de incendios declarados por día y miles de hectáreas calcinadas de masa forestal.
Algunas de las áreas calcinadas afectaron a santuarios ecológicos como el Parque Natural de Sierra de Estrela, la mayor área protegida del país.
También la intensidad de las llamas obligó a evacuar en las proximidades a unas 250 personas de un campamento y un hotel en el municipio de Covilha.
Las autoridades portuguesas reforzaron la semana pasada los medios para el combate de los fuegos y solicitaron la ayuda de España y Francia, que enviaron varios aviones para auxiliar en las tareas de extinción.
