Italia despertó ayer con la noticia de una nueva tragedia ocurrida en aguas de la isla de Lampedusa, con el naufragio de una embarcación en la que viajaban cerca de 500 personas y que, por el momento, ha dejado más de un centenar de muertos y casi 200 desaparecidos. Durante toda la jornada, los servicios de socorro rescataron de las aguas del Mediterráneo cuerpos sin vida, que fueron trasladados a los muelles de la isla, mientras que los buzos de la Guardia Costera localizaron entre los restos de la embarcación, que se encuentran a media milla de Lampedusa, decenas de cadáveres.
Según el testimonio de algunos de los 151 supervivientes de la tragedia, que aseguraron ser de nacionalidad eritrea y somalí, la embarcación, que inició su travesía en las costas de Libia, se incendió y acabó volcando, con lo que los indocumentados cayeron al mar, quedando atrapados algunos de ellos bajo la estructura de la barcaza. El fuego pudo ser originado por un cortocircuito, aunque ayer no se descartaba que los propios inmigrantes decidieran encender un fuego para ser localizados.
Con esta nueva tragedia, por la que Italia ha decretado día de luto nacional, Lampedusa, considerada como una de las puertas de acceso a Europa por los inmigrantes dada su cercanía a las costas africanas, volvía a ser testigo de una travesía frustrada para aquellos que buscan en el viejo continente un futuro mejor. La tragedia, en la que murieron al menos dos mujeres embarazadas y tres niños, es la tercera que se registra en pocas semanas y volvía a poner en primer plano los problemas de la inmigración ilegal. En esta línea se anunciaron denuncias por omisión de socorro, ante los testimonios que indican que tres pesqueros no prestaron ayuda en mar abierto.
El viceprimer ministro y titular de Interior, Angelino Alfano, manifestó ayer que espera que la Unión Europea se dé cuenta de que acontecimientos como éste no son un 'un drama solamente italiano, sino europeo'.
Con esta nueva tragedia, por la que Italia ha decretado día de luto nacional, Lampedusa, considerada como una de las puertas de acceso a Europa por los inmigrantes dada su cercanía a las costas africanas, volvía a ser testigo de una travesía frustrada para aquellos que buscan en el viejo continente un futuro mejor. La tragedia, en la que murieron al menos dos mujeres embarazadas y tres niños, es la tercera que se registra en pocas semanas y volvía a poner en primer plano los problemas de la inmigración ilegal. En esta línea se anunciaron denuncias por omisión de socorro, ante los testimonios que indican que tres pesqueros no prestaron ayuda en mar abierto.
El viceprimer ministro y titular de Interior, Angelino Alfano, manifestó ayer que espera que la Unión Europea se dé cuenta de que acontecimientos como éste no son un 'un drama solamente italiano, sino europeo'.
