Aldeas enteras podrían haber sido destruídas

Los muertos por el tsunami ascienden a casi 200 mientras se registra otro seísmo en Tonga

La cifra de muertos por los tsunamis del pasado martes asciende ya a los 150 en Samoa, 31 en Samoa Americana y nueve en la vecina Tonga, mientras un nuevo seísmo de magnitud 6,3 volvió a registrarse este viernes en la región sur de Tonga.
Las autoridades temen que aldeas enteras hayan sido destruidas en las islas de los alrededores mientras que cientos de personas siguen desaparecidas.

El primer ministro de Samoa, Tuilaepa Lupesoliai Sailele Malielegaoi, parecía bastante conmocionado el pasado miércoles, cuando pidió que su pequeño país fuera reconstruido. 'Los vientos han aumentado su fuerza y la ola ha dispersado su fortaleza', afirmó en el lenguaje nativo.

Los samoanos son un pueblo profundamente cristiano, pero también una raza de la Polinesia con fuertes mitos y leyendas sobre dioses antiguos vinculados al océano que los rodea.

Miles de samoanos se han quedado sin hogar y cientos están heridos, muchos de los cuales permanecen en el hospital principal de la capital, Apia. El cirujano ortopédico australiano, Rob Atkinson, afirmó que las heridas son similares a las vistas en el tsunami de 2004 que se llevó 230.000 vidas en once países.

'Estamos viendo un gran número de heridas, cortes finos debido a las rocas afiladas y al coral', indicó Atkinson en Apia, y señaló que la morgue principal ya está llena y que se han tenido que trasladar los cadáveres a contenedores, mientras que los medios locales informan de que el Gobierno está considerando un funeral masivo.

'La gente permanece fuera de las aldeas devastadas. Están todavía en estado de 'shock' y muchos no están preparados para comenzar otra vez', afirmó la trabajadora de Oxfam Australia, Janna Hamilton.

Hay algunas personas, como Faaolaina Kalolo, permanecen sin inmutarse a pesar de la magnitud de la tarea a la que se enfrentan ahora los samoanos. 'Damos gracias por estar vivos, hay muchos desaparecidos en otras aldeas', indicó Kalolo, quien escapó de los tsunamis huyendo hacia una plantación sobre las colinas cuando escuchó a sus perros ladrar y alejarse corriendo del mar. 'Si los perros corren para ponerse a salvo, los sigues. Tú sólo corres', afirmó.

Mientras, a lo largo de la costa, los equipos de rescate siguen recuperando frenéticamente los cadáveres en descomposición por el calor del Pacífico Sur. 'La mayor parte de los cuerpos que estamos recogiendo son de jóvenes y bebés, que ya están en un pésimo estado de descomposición', afirmó el jefe de Bomberos de Samoa, Seve Tony Hill.

Mientras, los responsables de ayuda han alertado de los brotes de enfermedades con más de 1.000 personas abarrotando los campamentos en los alrededores de Apia y la falta de agua potable.

El número de muertos se espera que ascienda mientras continúan las operaciones de rescate para recuperar cuerpos bajo los escombros, afirmó el director de la Oficina de Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), John Holmes.

Mientras, un equipo de la ONU para la Evaluación y Coordinación de Desastres (UNDAC) ha llegado ya a Samoa. Los supervivientes del tsunami necesitan ayuda urgente de cuidado médico además de agua, alimentos y refugio, indicó Holmes.

Además, el director general de la Organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO), Koichiro Matsuura, afirmó que 'las autoridades nacionales deben mantener y mejorar sus comunicaciones y sistemas de alerta para ayudar a proteger a las poblaciones costeras, que son inevitablemente vulnerables a estos fenómenos', indicó.

EL SISTEMA DE LA UNESCO AVISÓ

También aseguró que aunque la UNESCO coordinó un sistema de alerta temprana que emitió este aviso 16 minutos después de que se produjera el terremoto, no hubo tiempo para que las poblaciones costeras pudieran evacuar sus hogares.

Matsuura indicó igualmente que estas muertes subrayan la importancia de que los Gobiernos mejores sus mecanismos de respuesta a las emergencias y la responsabilidad social para que todas las comunidades puedan beneficiarse de estos sistemas de alerta.

El Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) han anunciado que enviarán personal de asistencia a la zona de Asia Pacífico para ayudar con los esfuerzos de recuperación.

El representante para Pacífico de UNICEF, Isiye Ndombi, expresó su conmoción por la escala de destrucción y el dolor del pueblo de Samoa y Tonga. 'Por las experiencias pasadas, sabemos que es especialmente importante que trabajemos inmediatamente para inmunizar a los niños contra la malaria, asegurar la protección de mujeres y niños que son especialmente vulnerables ahora y establecer buenas instalaciones sanitarias para impedir los brotes de enfermedades', añadió.

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